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Actualizado: 10 de julio de 2025
Lo noble, lo generoso, lo leal, es atajar discretamente desde el comienzo las insinuaciones, a fin de que nunca pueda creerse engañado en sus observaciones respecto al estado efectivo de nuestro espíritu y de nuestra voluntad. Pero la especie masculina es muy variada.
Pero a las vacas falta evidentemente la decisión masculina de permitir en la piel sangrientos rasguños, y apenas introducían el cuello, lo retiraban presto con mareante cabeceo. Los caballos miraban siempre. No pasan, observó el malacara. El toro pasó, repuso el alazán. Come mucho.
También Fernando, que durante los primeros meses sólo veía en María Teresa una conquista más, una mujer elegante y hermosa que halagaba su masculina vanidad, sufría de pronto iguales cóleras.
Hubo, lo mismo que á la entrada, apretones de manos, besos sonoros y mucho ruido. Todas las damas hablaban á un tiempo. Octavio aprovechó la confusión para mandar un beso á su novia con la punta de los dedos. Por fin el bullicioso grupo salió á la tienda, y de allí, después de haber tomado en su compañía la parte masculina de la tertulia, á la calle.
Las señoras rodearon á la novia, oculta bajo un largo velo y la felicitaron con ardor. La señorita Guichard, apoyada en la chimenea, con el empaque de una reina, recibía los cumplimientos de la parte masculina de la reunión. Era la tal una mujer alta y delgada, de cara amarillenta á la que formaban cuadro unos cabellos de un negro azabache.
Dijo Deus á os anjos: id vos á pradeira, Que melhor canta ó senhor de Madureira. Rafael dijo la condesa , mofador eterno, ¿quién se escapa de tus tijeras? Voy a mandar hacer tu retrato en figura de pájaro burlón, como se ha hecho el de Paul de Kock en forma de gallo. De esa suerte repuso Rafael al irse haré una Arpía masculina, lo cual tendrá la ventaja de que se pueda propagar la casta.
El jefe militar de Balmuff era una amazona membruda y de labios bigotudos, desterrada de la capital á causa de sus costumbres demasiado libres. Este guerrero rió al saber que la canalla masculina que hacía sus delicias en secreto se armaba con los artefactos inútiles del pasado, y se limitó á ir en su busca con unas cuantas máquinas expeledoras de rayos negros.
Así fué lo que hemos convenido en llamar la Verdadera Revolución, tan distinta en sus resultados á las revoluciones hechas por los hombres. Pero la muerte de la tiranía masculina no era suficiente.
Y como él prefería ser ciudadano, siguió usando sus trajes civiles, una indumentaria soñada sin duda en sus tiempos de pobreza como algo magnífico y quimérico: trajes de paño azul celeste ó verde esmeralda, corbatas y pañuelos con las tintas del arco iris, productos de fábricas misteriosas de Inglaterra ó los Estados Unidos, cuya existencia ignora el común de los mortales y que parecen trabajar únicamente para la elegancia masculina de los trópicos.
Su amiga no se opone a prestar juramento... ¿Y usted, Kravchenko? ¿Consiente? Sí contestó con voz ronca, masculina, Kravchenko, una mujer alta y gruesa, con sotabarba. ¿Ve usted, Karaulova? Todas están dispuestas a prestar juramento. ¿No cambiará usted de opinión? Karaulova no respondió. ¿No quiere usted? No. Pustochkina le sonrió amistosamente.
Palabra del Dia
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