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Tal es el episodio sobre el cual está fundado este romance histórico, género poco cultivado por nuestros poetas, sin embargo de ser uno de los mas adecuados para popularizar los recuerdos de la historia primitiva, y para cantar los grandes hechos y los sangrientos combates de la lucha de la independencia y de la guerra civil.

Hemos suprimido las dos calamidades que excitaban la brutalidad de los hombres: la guerra y el alcohol. Nuestros gobiernos se suceden provocando luchas da palabra únicamente: sin choques sangrientos y sin revoluciones. Jamás fué tan bien administrada la fortuna pública.

Más importante y de más fuerza es la censura que se refiere á las obras, que adulan á la sed de venganza peculiar de los pueblos meridionales, causa hoy, así en Italia como en España, de muchos asesinatos, excitando la admiración de los espectadores hacia los rasgos de valor, sin tener en cuenta sus motivos, ó empleando, para lograrlo, crímenes y actos sangrientos.

Zaféme con mucho trabajo de tanta multitud de sangrientos cadáveres amontonados, y llegué arrastrando al pié de un naranjo grande que habia á orillas de un arroyo inmediato: allí me caí rendida del susto, del cansancio, del horror, de la desesperacion, y del hambre. En breve mis sentidos postrados se entregáron á un sueño que mas que sosiego era letargo.

El maestro, a quien la escena había conmovido algún tanto, inclinado sobre ella, le dijo lo que usted o yo podíamos haber dicho después de oír teorías tan poco naturales en boca infantil; pero, recordando sin duda mejor que usted o yo lo poco naturales que eran también su andrajosa indumentaria, sus sangrientos pies y la omnipresente sombra de su borracho padre.

En lo más fuerte de la derrota, el general enemigo logró rehacer un batallón y que marchara al paso hacia la aldea. Aquel hombre, tranquilo en medio del desastre, tenía algo de grande y de digno. A veces se volvía con aire sombrío para mirar cómo caían las rocas, que dejaban claros sangrientos en sus filas.

Quevedo salió y se encaminó á casa del duque de Lerma, en cuya portería escribió la carta en tres renglones que le abrió paso hasta el despacho del duque. Recibióle Lerma afablemente y le mostró la carta que acababa de leer. Explicadme esto, don Francisco le dijo. La explicación está en estos sangrientos papeles dijo Quevedo entregando al duque los que llevaba en la mano.

Dánle la bienvenida con mil títulos de afecto y reverencia á que ella corresponde llamándolos hijos y diciéndoles que es su verdadera madre, que los defiende de la indignación de los dioses, que son crueles y sangrientos, molestándoles con enfermedades y desventuras.

Sobre la piel morena de los brazos marcábanse con manchas blancas los vestigios de antiguos golpes. El pecho, obscuro y limpio de vello, estaba cruzado por dos líneas irregulares y violáceas, que eran también recuerdo de sangrientos lances. En un tobillo, la carne tenía un tinte violáceo, con una depresión redonda, como si hubiese servido de molde a una moneda.

En uno de los límites de la isla de Guajan en su extremo Norte, existe enclavada en un seno madrepórico de coral una peña, á cuya granítica masa tajada á pico, constantemente azotan las ondas del gran Pacífico; el conjunto de panoramas que se desarrollan ante la vista del que contempla aquellos desiertos lugares, desde luego le predisponen á la meditación, queriendo descubrir alguna huella á quien interrogar sobre aquel coloso calizo que se eleva en medio de las embravecidas ondas, y del cual se separa el natural con el supersticioso temor de un testigo que ha presenciado sangrientos episodios, que ni la mano destructora del tiempo ha podido borrar de la mente que lo trasmite, ni el mudo, pero elocuente lenguaje de la peña que lo atestigua.