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Así se explica que estos dramáticos no pudieran rivalizar con Lope de Vega, ni merecer largo tiempo el favor del público; ya en el segundo cuarto del siglo XVIII apenas se mencionan sus nombres, siendo escaso el interés que excitaban, aun para imprimir sus obras, no encontrándose ninguna de ellas en las grandes colecciones de comedias españolas, hechas posteriormente .

Hemos suprimido las dos calamidades que excitaban la brutalidad de los hombres: la guerra y el alcohol. Nuestros gobiernos se suceden provocando luchas da palabra únicamente: sin choques sangrientos y sin revoluciones. Jamás fué tan bien administrada la fortuna pública.

Estábamos emocionados; Zelayeta y yo, creo que hubiéramos vuelto a Lúzaro con mucho gusto, pero nada dijimos. Recalde no era de los que retroceden. Las dificultades y el peligro le excitaban. Proponiéndole volver no le hubiéramos convencido, y, tácitamente, los dos más reacios nos decidimos a obedecerle. Terco, pero sin arrebatos, Joshe Mari era hábil y marino de instinto.

Y hasta madre me comprometo a ser si me le dan... le tomo, aunque esté sin cristianar. Yo le bautizaré. Pero no hay que hablar de esto. Me contento con ser madrina del primer Morenito que nazca, y le diré a mi marido que me lleve a Londres para el bautizo... Moreno se levantó. Se sentía muy mal, y las palabras de la Delfina le excitaban extraordinariamente.

No por qué le gustaba al cura hablar sobre las pasiones humanas, pero un día que se había dejado arrastrar por el calor de la improvisación, le hice en la comida preguntas tan indiscretas y apuradas que se propuso no abordar más tales asuntos delante de . En adelante contentose en discurrir sobre la pereza, la embriaguez, la ira y otros vicios que no excitaban ni mi curiosidad ni mi charla.

A las nueve de la noche en verano, y a las ocho o antes en invierno, mandaba acostar a los niños, y desde entonces, hasta las once, y a veces hasta más tarde, tenía tertulia, en la cual se discreteaba, y a la cual rara vez asistía el señor Roldan, que no presumía ni podía presumir de discreto, y a quien las discreciones de su mujer pasmaban y enorgullecían, pero al mismo tiempo le excitaban al sueño.

No debía meterse entre él y la barrera. Convenía que guardase franca la salida. Otros, más entusiastas, excitaban su atrevimiento con audaces consejos. Suértale una de las tuyas... ¡Zas! Estocá, y te lo metes en er borsiyo. Era demasiado grande y receloso el animal para que se lo pudiera meter en el bolsillo.

Y las peripecias de éste, contadas minuciosamente por algún testigo, le placían tan extremadamente, que ninguna comida había para él tan sabrosa, ni más grato recreo. Cuando pasaban muchos días sin desafío, don Rosendo languidecía. Las descripciones de los asaltos de armas entre los célebres tiradores de la capital de Francia, excitaban también grandemente su curiosidad.

La conversación de metafísica erótica que Mesía y Paco acababan de dejar no les permitía, al principio, participar de aquel entusiasmo gastronómico y culinario a que estaban entregadas las damas. Verdad es que la hora de comer se acercaba y aquellos olores excitaban el apetito. Pero el ideal no come.

A pesar del tono risueño é irónico de esta orden, la obedeció, repitiendo una vez más sus promesas y sus deseos. El vino daba á sus palabras un temblor de emoción; los gemidos de la orquesta excitaban su sensibilidad. Se conmovía á mismo, hasta el punto de que sus ojos se humedecieron levemente.