Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 27 de junio de 2025


En su masa encefálica reside la mónada representativa donde están en cifra toda la Naturaleza y cuanto hay ó puede haber más allá: lo existente y lo posible. Había inventado este mago varias pociones que excitaban y movían la tal mónada á desenvolver y á sacar á relucir ya esto, ya aquello de cuanto en ella había envuelto.

Su cara de hambre y miseria, su aspecto de cansancio no excitaban la compasión de aquellos caballeros andantes de la plebe. Rumalda. Señor. Sube y tráeme las dos pistolas que están colgadas junto a la cama.... Después llevarás el agua a Nazaria. Madre Nazaria no me ha mandado por agua. Ya no tiene sed. Me ha mandado por un cura. Dice que se muere.

Es cierto; y eso precisamente me obliga a meditar mucho. Yo soy muy rara de carácter. No quiero que nadie me ame por conveniencia, y me repugna también que alguien imagine que la conveniencia influye en el amor mío. Si yo me casase con D. Jaime, pobre como soy, ¿no podría alguien imaginar que me excitaban a este enlace el afán de salir de Villafría e ir a Madrid, la posición del novio, sus grandes esperanzas, y hasta las mismas ventajas materiales de que ya goza?

Al poco rato comenzaron á desembocar por el camino de Canzana numerosos grupos de este pueblo que se unían á los de abajo: las mozas buscaban á las mozas: los viejos á los viejos. Algunos jóvenes comenzaron á saltar bravamente por encima de la hoguera valiéndose de sus largos palos. Unos lo hacían bien y eran aplaudidos: otros se chamuscaban un poco y excitaban risa y algazara.

Eran los padrinos que les asistían en la lucha. Se inclinaban y levantaban al mismo tiempo que ellos, doblándose al compás de los movimientos del perforador, sirviendo de péndulo que regulaba el vaivén del trabajo. Al mismo tiempo, excitaban al compañero con sus gritos: rugían ¡haup! ¡haup! al doblarse por la cintura, señalando cada golpe con esta exclamación.

Y sin embargo, la hermosura y el amor inmenso, excepcional de la comedianta, excitaban su deseo; halagaban su orgullo; don Juan, si hubiera podido, sin dejar de amar á doña Clara y de ser feliz con ella, hubiera sido amante de Dorotea. Pero esto era imposible: Dorotea tenía demasiado corazón.

¡Margalida! ¡Margalida! Y tras estos llamamientos, que excitaban la curiosidad de la atlota haciendo que elevase los ojos para fijarlos interrogantes en los de Febrer, éste se lanzó por fin a hablar, preguntándola por los progresos de su noviazgo. ¿Se había decidido por alguien? ¿Quién iba a ser el afortunado? El Ferrer... ¿el Cantó?...

Aunque ya no era joven, su cuerpo fuerte, su piel tersa y blanca, sus brazos fornidos, sus caderas exuberantes excitaban la lujuria de aquellos miserables que vivían en tinieblas. «La Muerta es un buen bocado», se decía en las minas.

El ansia de rebuscar pecados no respetaba la ignorancia de la virgen ni la conciencia de la esposa, y los hechos más naturales e inocentes de la vida servían de base a reflexiones que excitaban groseramente los sentidos.

Hombres como usted son los que deben estar allí. ¡No faltaba más que usted no subiese! Y trataban al mismo tiempo de levantarle. Mas fueron inútiles todas las instancias. Maza se empeñó en permanecer en la butaca con una insistencia orgullosa que acobardó a los que le excitaban a subir. Alvaro Peña bajó entonces por él; pero después de una brega larga tuvo que retirarse desairado.

Palabra del Dia

rigoleto

Otros Mirando