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Todos esos monumentos hacen mucho honor á los Belgas: un pueblo que sabe mantener el culto de los grandes recuerdos patrióticos no será esclavo jamas. Para completar la visita de Brusélas, dirigíos hácia el Jardin Botánico, y luego, á las cinco de la tarde, al Zoológico. Ambos deben su existencia a la iniciativa individual, si bien el primero es particularmente protegido por el Estado.

Yo que te ama y te respeta. ¿Quieres dar un escándalo? Las quejas de familia no deben salir al público. Vamos, León, hermano, quédese eso entre nosotros. ¿Qué estás hablando de quejas de familia? replicó el general volviéndose hacia su hermana . ¿Qué tiene que ver la familia con las insolencias inauditas de ese desaforado inglés, que viene a insultar a la gente del país?

De aquí se deduce que podrían ser permitidas, si hubieran de desempeñarse por mujeres feas, torpes y mal vestidas, que ni saben bailar, ni cantar, ni siquiera declamar como deben, puesto que sólo es posible que haya buenos versos cuando el brillo y aparato de lo representado lo exige imperiosamente. Pero entonces, ¿qué actrices habían de ser esas?

A estas nuestras compañeras será forzoso darles algo; que ha mucho que nos esperan, y ya deben de estar enfadadas. Así verán ellas replicó la vieja moneda déstas como veen al Turco agora. Este buen señor verá si le ha quedado alguna moneda de plata, o cuartos, y los repartirá entre ellas, que con poco quedarán contentas. traigo dijo él galán.

En cuanto a esas aspiraciones a sangre noble que están tan propagadas entre los españoles, es observación que no carece de fundamento, porque es cierto que este pueblo tiene orgullo y propensiones delicadas y distinguidas; pero no deben confundirse estos rasgos de carácter nacional con las ridículas afectaciones nobiliarias que hemos visto en tiempos modernos.

Los hechos relatados son recientes, y deben retenerse aún frescos sus recuerdos, en la memoria de todos.

Esto sólo lo hemos alcanzado merced al refinamiento y educación de los siglos. Existe en nosotros una dilatada tradición. ¿Qué sucederá si llegamos á fenecer? No han nacido aún los que deben reemplazarnos.

Los nombres de los personajes deben de ser supuestos. Expondremos, pues, esta parte de su vida en sus rasgos más esenciales. A su regreso á Madrid de la Universidad, y contando diez y siete años, fué acogido con benevolencia en casa de una parienta rica y espléndida.

En cambio es resueltamente afirmativo al sostener que no se deben vender ni exportar las vacas, que constituyen «la gallina de los huevos de oro». Este extracto que hago aquí de las fundamentales ideas del marido de Petrona basta para demostrar que no podía estar en mejores manos el tesoro agrario del país.

En fin, señor, lo que últimamente te digo es que, quieras o no quieras, yo soy tu esposa: testigos son tus palabras, que no han ni deben ser mentirosas, si ya es que te precias de aquello por que me desprecias; testigo será la firma que hiciste, y testigo el cielo, a quien llamaste por testigo de lo que me prometías.