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Mas, en fin, el duque se le desarraigó y le echó por la reja. Quedó don Quijote acribado el rostro y no muy sanas las narices, aunque muy despechado porque no le habían dejado fenecer la batalla que tan trabada tenía con aquel malandrín encantador.

Y creo que no se engaña, como yo creo que si fray Luis es ya santo, acabará por ser mártir, tanto más, cuanto no hay fuerzas humanas que le despeguen del rey; y como el padre Aliaga es tan español y tan puesto en lo justo, y tan tenaz, y tan firme, con su mirada siempre humilde, y con su cabeza baja, y con sus manos metidas siempre en las mangas de su hábito... ¡motilón más completo!... Si yo no tuviere tantas penas, sería cosa de fenecer de risa con lo que se ve y con lo que se huele; más bandos hay en palacio que bandas, y más encomendados que comendadores, y más escuchas que secretos, aunque bandos, encomiendas y enredos, parece que llueven.

Y la otra, consideraba y decía: "Yo he tenido dos amos: el primero traíame muerto de hambre y dejándole topé con estotro, que me tiene ya con día en la sepultura; pues, si deste desisto y doy en otro más bajo, ¿qué será, sino fenecer?" Con esto no me osaba menear; porque tenía por fe que todos los grades había de hallar más ruines: y a abajar otro punto, no sonara Lázaro ni se oyera en el mundo.

Pues si deste desisto y doy en otro más bajo, ¿qué será sino fenecer?" Con esto no me osaba menear, porque tenía por fe que todos los grados había de hallar más ruines; y a abajar otro punto, no sonara Lázaro ni se oyera en el mundo.

Y no obstante, nadie se quejaba. Los novios, olvidando tan triste perspectiva, se miraban en los ojos uno de otro, y eran felices, y don Jorge se resignó tranquilamente al mal juego que se le presentaba ya como perdido. La Duquesa, más alegre que de costumbre, se dedicó a cuidar a Flora; sólo la madre Shipton, antes la más fuerte de la caravana, parecía enfermar y fenecer poco a poco.

Y con estos jornales se proporcionarán muy pronto las comodidades y los goces que embellecen la vida. Porque el hombre no está destinado á vegetar como un hongo tomando de la tierra lo estrictamente necesario para no fenecer de hambre; tiene otras necesidades.

La calentura le exaltaba breves instantes, pero luego sobrevenía la extenuación. La carne toda se sentía fenecer. Era una sensación glacial, tenebrosa.

Y así por no acordarme de tal llanto, De tan crudo dolor y triste suerte, Quisiera fenecer con este canto, Que dudo que mi pluma bota acierte. Que puesta la memoria en el quebranto, Cuando me tan cerca de la muerte, Temo se ofuscar

Muera yo si con mi muerte desdichada daros algún contento puedo; y vivid vos y olvidadme como cosa maldita que junto a vos para fenecer en vuestra hermosura y acabar en vuestras manos ha llegado.

Y es lo bueno que no tenía los ojos abiertos, porque estaba durmiendo y soñando que estaba en batalla con el gigante; que fue tan intensa la imaginación de la aventura que iba a fenecer, que le hizo soñar que ya había llegado al reino de Micomicón, y que ya estaba en la pelea con su enemigo.