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Pasaba inmediatamente á adobarse el rostro, operación verificada tan hábil y discretamente, que no conociera la verdad de su mentira ni el mismo don Gil, que era la persona que más se acercaba á ella durante el día. A veces solía usar cierto pincelito; pero esto no era más que en los días clásicos, y no hacemos alto en ello por ahora.

Contole su mujer lo que había visto aquel día, recordando con feliz memoria todos los pormenores. La visita de Jacinta fue omitida discretamente.

Era el señor Munster, que, llevándose una mano al casquete, suplicaba humildemente: Señora, acuérdese de su promesa... La aguardamos en el salón para nuestra partida de bridge. Usted sólo falta para que empecemos. Mrs. Power sonrió con una amabilidad feroz. «Luego iré.» Y Munster, comprendiendo lo enojoso de su presencia, se retiró discretamente antes de que la dama le volviese la espalda.

Subimos un piso, seguimos el corredor de los cuartos de los artistas y nos detuvimos ante una puerta á la que nuestro guía llamó discretamente, diciendo: ¿Se puede, mi querida miss Hawkins? ¿Quién está con usted? preguntó desde el interior una voz que no era la de la cantante. El señor Pector y dos amigos suyos. Que pasen.

Quiso hablar la enferma, y, al parecer, hasta pronunciar un discurso, porque procuró incorporarse, y extendió los brazos; pero el esfuerzo le produjo náuseas, y Bonis, sin tiempo para retirarse un poco, corrió la misma borrasca de que se estaba secando el tío. Körner, discretamente, retrocedió un paso.

En casa de doña Petronila, en el salón de balcones discretamente entornados, de alfombra de fieltro gris, era donde pasaban horas y horas los dos amigos del alma, hablando de intereses espirituales, como decía el gran Constantino, sin más testigo que el gato blanco, cada vez más gordo, que iba y venía sin ruido, y se frotaba el lomo contra las faldas de la Regenta y el manteo del Magistral, cada día más familiarmente.

Y desde entonces los notables de Sarrió, no pusieron el pie en la calle de noche, como discretamente se lo habían propuesto. La tertulia del Saloncillo de última hora, la de la tienda de Graells, la de la Morana misma, quedaron abandonadas.

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