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Actualizado: 19 de mayo de 2025
Las parientas de la señora Aubry se retiraban, algo azoradas, por la llegada de algunas jóvenes, cuyas toilettes elegantes personificaban, a sus ojos de provincianas tímidas, la temible insolencia del lujo parisiense. Las recién llegadas, Mabel d'Ornay, la señora de Blandieres y sus hijas, manifestaron gran regocijo al ver a Huberto. ¡Qué feliz encuentro, señor Martholl!
Luz sabía desde muy niña que su madre era viuda, y de quién lo era y desde cuándo; pero en lo que jamás había dado, dio en las primeras conversaciones que tuvo con su madre, recién llegadas las dos de Francia: en pedirla noticias y pormenores íntimos de «su padre». ¡Figúrese el lector en qué aprietos no se vería la aristocrática viuda de don Mauricio Ibáñez para salir limpia y sin manchar a nadie, de aquel nuevo lodazal en que la arrojaba de pronto el natural deseo de su hija!
Por milagro entraba en los cafés, ni al teatro podía asistir por razón del luto. Un día, hallándose en una librería de la Carrera de San Jerónimo, donde solía pasar algunos ratos hojeando las obras recién llegadas del extranjero, acertó a entrar en la tienda una hermosa dama elegantemente vestida.
Se preocupaba de ellos con cariños de «madrina», enviándoles chocolate, comestibles selectos, todo lo que podía extraer de la despensa de Villa-Sirena sin detrimento del servicio. Algunas cartas llegadas del frente le hacían llorar y reir de emoción. Un voluntario le pedía el envío de una buena navaja de España, por haber roto la suya en un encuentro nocturno.
Poco a poco iban llegando los amigos, aquellos hermanos de su alma, que en la soledad en que Plácido estaba le parecían algo como la paloma del arca, pues le traían en el pico algo más que un ramo de oliva, le traían la palabra, el sabrosísimo fruto y la flor de la vida, el alcohol del alma, con que apacentaba su vicio... Pasábanse el día entero contando anécdotas, comentando sucesos políticos, tratando de tú a Mendizábal, a Calatrava, a María Cristina y al mismo Dios, trazando con el dedo planes de campaña sobre el mostrador en extravagantes líneas tácticas; demostrando que Espartero debía ir necesariamente por aquí y Villarreal por allá; refiriendo también sucedidos del comercio, llegadas de tal o cual género; lances de Iglesia y de milicia y de mujeres y de la corte, con todo lo demás que cae bajo el dominio de la bachillería humana.
Lo que es menos claro es lo que pasa con las solteronas llegadas. ¿Llegadas a qué? preguntó el cura abriendo los ojos interrogadores detrás de las gafas. Llegadas al pleno esplendor del celibato, a la completa y profunda posesión de su yo personal. ¡Vaya! si empiezan ustedes con eso del «yo personal» protestó la abuela, van a decir, ciertamente, muchas tonterías... Estamos perdidos.
Un oficial de los del casquete alado corrió galantemente á proteger á las recién llegadas, con el interés que merece el sexo débil, y las tres señoritas acogieron con gesto ruboroso las atenciones del militar. Gillespie se dió cuenta de que la doctora seguía sus impresiones con ojos atentos, sonriendo de su asombro. Ya le dijo, gentleman, que vería usted grandes cosas.
Después del almuerzo, los pasajeros del Goethe oyeron sonar a proa la banda de música, con la lejanía soñolienta que infunde la inmensidad del Océano a todas las vibraciones. Van a vacunar a los de tercera dijo Maltrana, siempre enterado de lo que ocurría en el buque. Estaban aún frente a la isla, costeando sus rugosas montañas, pétreo oleaje de antiguas erupciones llegadas hasta el mar.
Mi amiga se inclina con su gracia habitual ante la abuela, que la besa en la frente, y va a sentarse a mi lado después de haber yo saludado a las recién llegadas y preguntado por Pomme, la gata favorita de la señorita Bonnetable, y por Loustic, su perro. La Bonnetable no se parece en nada a la Sarcicourt, de la que es casi contemporánea.
Le parecía verse ya, en compañía del ilustre Eneene, hundiendo las pecadores manos en las arcas recién llegadas, acariciar las flamantes monedas y atiborrarse de ellas los bolsillos, glotonamente.
Palabra del Dia
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