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Actualizado: 30 de junio de 2025
Esta tarea de expender papeletas de entrada para ver las riquezas y curiosidades de la catedral llenaba su pensamiento. Era la salvación de la iglesia, el procedimiento moderno para llevarla adelante, y él se sentía orgulloso de desempeñar esta función, que le convertía en el órgano más importante de la vida del templo.
Sólo se le ocurría desear una transformación completa de aquel enemigo albergado bajo su techo. ¡Ay! ¿Por qué no se convertía en hombre? ¿por qué no venía á ocupar su sitio, aunque sólo fuese por media hora, el fantasmón de su esposo?... Pero la guerra sigue insistía ingenuamente doña Luisa . Los enemigos aún están en Francia... ¿De qué ha servido lo del Marne?
Había que halagar a los «ciudadanos» del sol, tumultuosa y terrible demagogia que llevaba a la plaza los odios de clase, pero con la mayor facilidad convertía los silbidos en aplausos así que una leve muestra de consideración acariciaba su orgullo. Los peones, arrojando sus capas al toro, emprendieron carrera para llevarlo al lado del redondel caldeado por el sol.
Y como todo lo convertía al punto en substancia aquella impetuosa mujer: ¡Cuando te digo concluyó que no se puede vivir en este pueblo!, ¡que nos han de dejar en él sin camisa y sin salud! La verdad es refunfuñó Simón que se le acaba a uno la paciencia para bregar con esta gente. Eso te estoy predicando yo todos los días, y no me haces maldito el caso. Más de lo que a ti se te figura.
Si Calderón convertía á Parma en residencia de una Princesa soberana, ¿había de preocuparse aquel público de si esto era ó no permitido, con arreglo á la ley sálica? Si en las fábulas de la antigua mitología entrelazaba rasgos é ideas propias de la vida y del honor, predominantes en España, ¿podía ocurrir á los espectadores pedirle cuenta estrecha de su conducta?
En sus juegos de niño, Al descender ufano Del tronco envejecido de un manzano, Miraba con cariño El fruto más hermoso, Que a mí me regalaba generoso, Y muy sério decía: "Es pequeña, redonda, Y parece una cara de muñeca Sonrosada y moronda... Y yo, en vez de comerla, le pondría Ojitos". Y, apesar de alguna mueca, Convertía aquel fruto En busto de cupido diminuto.
Por las noches mezclábase en los escándalos de ciertas casas del barrio de San Francisco, donde ejercía alguna superioridad sobre las infelices mercenarias de sus cuerpos, por el prestigio de su nombre y la leyenda sobre su nacimiento que le convertía casi en un príncipe. Los amigos tenían fe en su porvenir.
Aquel famoso anillo que pinchaba al príncipe toda vez que olvidaba sus deberes para entregarse al placer, yo me pregunto si lo pinchaba vivamente cuando partía para la caza, o bien si le hacía entonces una leve picadura y no lo hería en carne viva sino cuando la cacería había terminado hacía tiempo y la esperanza, replegando las alas, miraba hacia atrás y se convertía en placer...
Los de Santa Cruz no transigían con los chocolates industriales, y el que tomaban había de ser hecho a brazo. Mientras el chocolatero trabajaba, Estupiñá se convertía en mosca, quiero decir que estaba todo el día dando vueltas alrededor de la tarea para ver si se hacía a toda conciencia, porque en estas cosas hay que andar con mucho ojo.
Sintió que era impotente para luchar con aquel apetito de venganza. Toda su filosofía despiadada, indiferente, se había ido a pique. El mundo dejó de ser pura representación; se convertía en realidad innegable; la vida adquiría el valor absoluto que tiene para todo ser finito. Era forzoso, a despecho de la razón, satisfacer los instintos animales que gritan en el fondo de nuestro ser.
Palabra del Dia
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