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La iglesia del Redentor, situada del otro lado del canal de Giudecca, de la Judea, es soberbia como todas, y ántes de que se me olvide, séame permitido referir ligeramente una escena que me conmovió al ir á visitar la iglesia. Era el 18 de junio si no me equivoco: habia procesion en el barrio de los pescadores, San Nicolas.

Sus meditaciones y estudios le habían permitido sondear el grande y temerario problema de nuestro destino total. «¿A dónde vamos a parar cuando nos morimos? Pues volvemos a nacer: esto es claro como el agua. Yo me acuerdo decía mirando fijamente á su amigo y turbándole con el tono solemne que daba á sus palabras, yo me acuerdo de haber vivido antes de ahora.

Escúchame le replicó Beatriz , ese horrible sentimiento que me prestas... lo he experimentado... lo he experimentado mientras jugaban sus vidas... mientras sus dos existencias estaban en peligro... y me ha perseguido... no me ha abandonado en mucho tiempo a pesar mío... Ahora... sin duda Dios no me ha dejado todavía completamente de su mano... porque ha permitido que haya podido vencer esa espantosa tentación... Ahora te juro que daría mi vida por salvar la de ese desdichado...

Aquel miserable se había permitido asegurar cosas que hacían enrojecer al pobre Juanito: intimidades repugnantes con su novia cuando por la mañana hablaban en la escalera; secretos, en fin, que Juanito tenía por calumniosos, y que únicamente podía revelar un canalla como aquél.

Pues tenga usted la bondad de que no se le antoje, por de pronto... ¿Se cansa usted con el paso que llevamos? ¡Bah! Es que no hay tiempo que perder si hemos de salir con la vaciante y antes de que salte la brisa. Por eso me he permitido... ¿Quiere usted que corra más todavía? No hay necesidad: ya estamos a dos pasos del muelle. ¿Quién es ese tipejo que se pasea en él?

Cuando él vido que los rostriquemados bastaban para testigos del milagro, no la quiso dar más a besar. Subióse al pie del altar y de allí decía cosas maravillosas, diciendo que por la poca caridad que había en ellos había Dios permitido aquel milagro y que aquella cruz había de ser llevada a la santa iglesia mayor de su Obispado; que por la poca caridad que en el pueblo había, la cruz ardía. Fue tanta la prisa que hubo en el tomar de la bula, que no bastaban dos escribanos ni los clérigos ni sacristanes a escribir. Creo de cierto que se tomaron más de tres mil bulas, como tengo dicho a V.M. Después, al partir, él fue con gran reverencia, como es razón, a tomar la santa cruz, diciendo que la había de hacer engastonar en oro, como era razón. Fue rogado mucho del concejo y clérigos del lugar les dejase allí aquella santa cruz por memoria del milagro allí acaecido.

A un ángel caído, de extensa habilidad, sutileza y dolo, le está permitido tentar a los hombres y a las mujeres, aun a los niños, a cometer pecado, alejarlos de Cristo, poner en peligro sus esperanzas del paraíso. Y Dios, que permite esto, es supuesto de detestar el pecado.

Segismundo, que en aquel momento tenía poco que hacer, dejolo todo por atender cortésmente a la señora de su amigo y serle grato en lo que de él dependiera. Era hombre que tenía que contenerse mucho para no ser galante y aun atrevido con cualquier mujer en cuya presencia estuviese. Con Fortunata se había permitido alguna vez tal cual broma; aquel día se corrió más.

»Jamás se verificó contra la filosofía, reaccion mas poderosa de parte de la vida activa y real, que en la época presente; esto prueba que la filosofía ha penetrado hasta en las cuestiones mas vitales de la sociedad, en las que á nadie es permitido ser indiferente.

¿Se atreve usted á negarlo? dijo Paz, dando algunos pasos hacia ella con el resplandor de la ira en los ojos. Yo ... no dijo Clara, retrocediendo con espanto. ... lo niego. Después añadió, haciendo un esfuerzo por calmarse y calmar á su juez: Óigame usted, señora: yo le contaré la verdad; le diré lo que ha sido. Yo soy inocente; yo no he permitido.... ¡Jesús, Jesús!