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Si los gallos vencieran con frecuencia, pensaba Apolonio que la confianza en mismo, ya que los gallos eran en cierto modo prolongación de su persona, el espíritu agresivo, la necesidad de acción ejecutiva, se le hubieran comunicado fatalmente a él, y como era muy pusilánime, sólo ante la idea de cometer un gran disparate le daban escalofríos.

Además del tresillo se arma la timbirimba con frecuencia; y se juega al monte. Las damas, el ajedrez y el dominó no se descuidan. Y por último, hay una pasión decidida por las riñas de gallos.

Tiago se plegó al fin acordándose de que los estudiantes de Medicina andaban con los cadáveres á vueltas; hacía tiempo que buscaba un veneno en que templar la navaja de sus gallos y el mejor que sabía era la sangre de un chino, muerto de enfermedad sifilítica.

Decíame: "Hícela en dos días, y este es el borrador", y sería hasta cinco manos de papel. El título era El arca de Noé. Hacíase toda entre gallos, ratones, jumentos, raposas y jabalíes, como fábulas de Isopo.

«Por lo demás, tu Quintanar del alma hemos de confesar que tiene sus cosas; ¿a quién se le ocurre irse de caza dejándote así?». Pero qué sabía él.... ¿Pues no te quejabas ya anoche? Ese Frígilis tiene la culpa de todo.... Y quien anda con Frígilis se vuelve loco ni más ni menos que él. ¿No es ese Frígilis el que injertaba gallos ingleses? , , él era.

Más serios y a su negocio, hozaban algunos cerdos en el estiércol, que escarbaban y picoteaban gallos y gallinas, mientras dos perros dormitaban, acosados por miles de mosquitos.

Mira, hijo, que si me llego á con este cinto mío y empiezo á darte zurriagazos lo vas á sentir de veras, dijo Simón entre las carcajadas de todo el concurso. Pero se hace tarde, Reno, y cuando los polluelos empiezan á piar contra gallos viejos como yo, es hora de que vuelvan al gallinero. ¡No, no, venga otra canción! gritaron muchos. ¡Que cante Sabas!

Abundan también de muchos monos, gallos, tortugas, antas, ciervos, cabras monteses y también de culebras y víboras de extraños venenos, porque hay algunas que luego que muerden se hinchan los cuerpos de los pacientes y destilan sangre por todos sus miembros, ojos, oídos, boca, narices y aun de las uñas; pero el doliente, como echa por tantas partes aquel pestilente humor, no muere.

Hasta desde un punto de vista moral, mi proyecto es muy aceptable: serviría como una especie de purificacion y expiacion semanal del templo del juego, digámoslo así. Pero es que á veces hay juego de gallos durante la semana, observó el P. Camorra, y no es justo que pagando los contratistas de las galleras al gobierno... ¡Vaya! ¡por esos días se cierra la escuela! ¡Hombre, hombre! dijo el Cpn.

Todos los domingos por la mañana, después de oír misa de once, porque creía en Dios y en la providencia, a pesar de que en este mundo no hay justicia, ni plan, ni sentido, Apolonio se encaminaba al circo gallista, seguido de un aprendiz con los capaces en donde iban los gallos que aquel día echaba a pelear.