United States or Uganda ? Vote for the TOP Country of the Week !


Conservábanse en el archivo de la casa algunas de sus cartas: pliegos de papel amarillento con caracteres rojizos, desiguales y confusos, y un estilo que delataba las pocas letras del comendador. Expresábase con soldadesca tranquilidad, mezclando frases religiosas con las más impúdicas expresiones. En una de dichas cartas, que Jaime había leído, escribía alarmado a su hermano de Mallorca en vista de cierta enfermedad misteriosa que sufría éste; y por si era «mal de mujeres, le daba expertos consejos y mágicos remedios.

La mejor estación para la siembra es entre junio y septiembre, y la raíz se recoge ocho meses y aun dos años después, dependiendo el período de la calidad del suelo y del clima. Debe tenerse mucho cuidado en la manera de preparar el tubérculo para que la materia venenosa que contiene se cambie en saludable y comestible, y los naturales parecen ser muy expertos en sus métodos de hacerlo.

Era el centro de reunión de todos los pájaros del distrito del Hospicio. Tenía acceso por una gran escalinata de mármol. Además del piso bajo donde se hallaban los salones de recibir y el comedor poseía otros dos. Parte del último era lo que ocupaban las oficinas, que no eran muy considerables. A Salabert le bastaba para la dirección de sus negocios con una docena de empleados expertos.

Del mismo modo muchas lenguas muertas pueden encontrar ahora una nueva audiencia con eruditos y otros expertos en línea. Que yo sepa, son muy pocos los mapas de caracteres que no están disponibles en línea: los navegadores ahora tienen la oportunidad de mostrar caracteres latinos, asiáticos, cirílicos, griegos, turcos, etc.

No quisieron que expusiese su vida, pues sólo los mineros muy expertos eran capaces de bajar por los pozos. Alguien propuso avisar al capataz. Todos aprobaron la idea. Se le fué á buscar: se hallaba en la herrería, no lejos de allí. Vino en seguida; le acompañaron algunos mineros. Uno de ellos descendió por el respiradero. Hubo algunos minutos de silencio.

Los trasatlánticos, al regreso de un viaje feliz al otro hemisferio, se estremecían con la sensación del peligro, y algunas veces volvían atrás. Los capitanes que acababan de atravesar el Atlántico fruncían el ceño con inquietud. Desde la puerta del Ateneo, los expertos señalaban las barcas de vela latina que se disponían á doblar el promontorio.

Eran señoritos de Cádiz, acostumbrados a la vida fácil y placentera de un gran puerto; caballeros de Jerez, dueños de cortijos, hombres de pelo en pecho, grandes jinetes, expertos en las armas e incansables corredores de juergas: hasta curas entraban en el movimiento, afirmando que Jesús fue el primer republicano y que al morir en la cruz dijo algo así como «Libertad, Igualdad y Fraternidad».

Había adquirido para conocer la belleza, y sobre todo el atractivo, ese golpe de vista, ese tino especial que permite a los expertos, sin ejercer ni dominar las artes, apreciar con exactitud el mérito de un cuadro, el estilo de un mueble, la época de un monumento.

Fué una vida de trabajo: la mujer á la huerta y él á la ría, que era entonces tan peligrosa como el mar, con sus aguaduchos ó avenidas que la convertían en torrente y sus revueltas y bajos que hacían zozobrar las embarcaciones. Los buques se quedaban en el abra y las gabarras subían hasta la villa los cargamentos de bacalao y de maderas, necesitando, para esta conducción, de hombres expertos.

De estas cuatro horas, la segunda y la tercera fueron de prueba, porque hubo en ellas de todo lo malo que abunda en el monte durante las nevadas del calibre de aquélla: aires que entumecen, torbellinos que ahogan, nieblas que desorientan y extravían, sendas borradas, suelos traidores, caminos franqueados con las palas o adivinados por los más expertos; caídas inesperadas, cómicas muchas y de riesgos mortales algunas de ellas; sustos frecuentes y fatigas incesantes... La hora que duró el paso de la hoyada entre la primera y la segunda loma, fue más llevadera.