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Según cuenta Goedeke en su biografía de Manuel Geibel, Schack, amigo de este último y de Ernesto Curtius, á quienes había tratado en Berlín antes de salir estos dos para Atenas, celebró con ellos un banquete de despedida, y brindaron á su pronto encuentro en la ciudad del Pireo; y en efecto, Schack tuvo la suerte, al desembarcar en el Pireo, de ver á su amigo Curtius, y de visitar con él en seguida á su común amigo Geibel.

Adios, adios por siempre, celestes fantasías Que al corazon tranquilo, y en mas serenos días, Brindaron halagüeñas, dichoso porvenir, Pasad engañadoras visiones peregrinas: En vez de frescas rosas tan solo piso espinas, Y el sol de mi esperanza no veo ya lucir.

Con los procedimientos más elementales le hicieron la cura al pobre ciego, restañándole la sangre, y poniéndole vendas que le tapaban uno de los ojos; después le acostaron en el suelo, porque se le iba la cabeza y no podía tenerse en pie. Volvió la mendiga a sacar de su cesta el pan y la carne a medio comer, ofreciendo partir con sus generosos protectores; pero estos, en vez de aceptar, les brindaron con sardinas y unos churros que les habían sobrado de su almuerzo. Hubo por una y otra parte ofrecimientos, finuras y delicadezas, y cada cual, al fin, se quedó con lo suyo. Pero Benina aprovechó las buenas disposiciones de aquella honrada gente para proponerles que albergasen al ciego en la caseta hasta que ella pudiese prepararle alojamiento en Madrid. No había que pensar en que volviese a las Cambroneras, donde sin duda le tenían mala voluntad. A Madrid y a su casa de ella no podía conducirlo, porque ella servía en una casa, y él... En fin, que no era fácil explicarlo... y si los señores guarda-agujas pensaban mal de las relaciones entre Benina y el moro, que pensaran. «Miren ustedes dijo la anciana viéndoles perplejos y desconfiados , no poseo más dinero que esta peseta y estas perras. Tómenlas, y tengan aquí al pobre ciego hasta mañana.

Al romper el alba habían salido del lugar, no todos los hombres que se brindaron a ello, porque hubieran sido demasiados, sino los que se escogieron por más a propósito por su robustez y por su experiencia: cosa de una docena de ellos en junto.

Ulises iba á llevarse el vaso á los labios, queriendo ocultar un principio de risa provocado por la gravedad de la imponente señora. Haz lo mismo que ellos murmuró Freya junto á su oído. Y los dos brindaron mudamente, con los ojos vueltos hacia el Norte.

El poeta, que estaba consumido por ese horrible mal que se llama combustión espontánea, votó al día siguiente entre aquel enjambre borroso y hediondo, y, al apurar la última copa que le brindaron, cayó definitivamente herido por el delirium tremens. Pocas horas después murió aquel portentoso artista en el anónimo desconsolador de un hospital.

Sus superiores le incitaron á no abandonar sus estudios, en los que se hallaba bastante adelantado; y para que no le faltasen estímulos, le brindaron con una cátedra de matemática, que fundaron expresamente en el colegio de Buenos Aires.

D. Felicísimo me mandó traer vino y bizcochos, y bebieron, cosa la más desacostumbrada que puede verse en esta casa; y uno de los de porra alzó el vaso y dijo: «Por el triunfo de la monarquía legítima y de la religión sacratísima». Brindaron. Y los tres tomaron el olivo. ¿Está Pipaón arriba? Es de los más lenguaraces. Cuando brindaron, D. Juan echó no cuantos loores... ¿Y qué es eso?

Guardaron todos silencio y caminaron hacia el sitio en que habían dejado el coche. Don Germán manifestó su resolución de volverse al Escorial. Todos ellos se brindaron a acompañarle, particularmente Tristán, pero opuso una enérgica negativa a sus instancias. Tampoco aceptó el coche de Escudero que hablaba de añadir otros dos caballos a los que llevaban.

De 21 de Enero de 1499 es el auto capitular más antiguo que hemos encontrado en que se manifiesta el deseo del Cabildo de sustituir la antigua arca en que se transportaba el Santísimo por una Custodia, estimulado por el ofrecimiento del Patriarca B. Juan de Rivera de contribuir para ella con cien marcos de plata, dando otros ciento la Fábrica y con igual suma brindaron otros señores canónigos, racioneros y compañeros.