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Sube, vida perdurable dijo Polo con vocecilla misericordiosa. El borracho se encaramó en el vehículo, arrastrando su saco vacío, y Zaratustra tiró de las riendas, haciendo salir a la mula oblicuamente para ganar el centro del camino. Adiós dijo el trapero . No olvides, Isidrillo, que la abuela te espera.

Inclinóse el enano respetuosamente ante el señorito, y con su vocecilla chillona y algún tanto imperiosa, díjole que no podía ver a la señora, por haberse acostado media hora antes con una espantosa jaqueca. Un repentino vapor de lágrimas vino a empañar los hermosos ojos azules del niño; volvió bruscamente la espalda al enano sin decir palabra y echó a correr hacia las habitaciones de su padre.

Y ella balbució con su vocecilla de plata: Carmen.... ¿Y tu mamá?... Mamá.... ¿Y tu papá?... Padrino.... ¿De dónde vienes? De allí y señaló con un dedito torneado, del lado del jardín. ¡Claro, como las flores! dijo Rita encantada de la docilidad graciosa de la niña. Rita deletreaba las facciones de la pequeña con avidez, como quien busca la solución de un enigma.

Alargando la rama, diole un escobazo en el rostro para líbrarle de la ferocidad insectil. Confianza en Dios y no dar a esta miserable existencia mundana más valor del que tiene, son los más eficaces remedios afirmó Gracián con autorizada voz. La vocecilla ronca de Maricadalso se dejó oír. Parecía una corneja que cantaba en la propia rama de acacia.

Las torres soltaron el último repique; el órgano desató sus raudales de místicas harmonías, y a sus acordes solemnes se unió festivo coro de infantiles voces, de gorjeadores pitos, de ruidosas y tintinantes panderetas. La misa principiaba.... El P. Solís entonaba con su vocecilla devota y simpática: «¡Gloria in excelsis DeoDe mi casa al despacho de Castro Pérez.

Antes que tal gente mostrase una acerba hostilidad a la muchacha, doña Rebeca la llamó algunas veces «sobrina» con un tono adulón un poco irónico; y todavía, después que la sitió con todo el enardecimiento de un plan completo de campaña, cuando en alguna encrucijada estratégica la quería congraciar, dábale aquel grato nombre de familia y pretendía halagarla con su vocecilla de falsete endulzada en la punta de la lengua.

Por fin el aragonés se atrevió á preguntar quién era la persona á quién debía su libertad. Vamos dijo Bozmediano con cierta vocecilla impertinente. Bien sabe usted lo que quiero decir. No es necesario pronunciar fu nombre. Es natural que se haga usted el desentendido. Como halaga tanto su amor propio el ser querido por persona de tanto mérito.... No sea usted ingrato, joven, que ella no lo merece.

Pero ¿adónde van ustedes? arguyó la vieja, estupefacta. Carmen se asió a una mano de Salvador, atemorizada, mientras él respondía orgulloso: Vamos a la paz y al amor...; vamos a Luzmela.... ¿También Carmen? Eso no puede ser quiso decir la señora, afilando el grifo de su vocecilla. Pero el médico no la dejó engallarse, y la interrumpió: Carmen también. ¿Y con qué derecho se la quiere usted llevar?

No hay que enfadarse, caballeros dijo el viejo con vocecilla triste . Ya lo que es esto: tómenme ustedes el nombre. Uno de ellos escribió las señas del tío Polo, sin dejar de amenazarle por su torpeza, augurando que iba a costarle cara la fiesta. Rara era la semana que no tenía algún encuentro con los tranvías. A su edad debía quedarse en casa, sin meterse a guiar bestias.

¿Qué se les ofrece a ustedes? dijo con atiplada vocecilla y entonación cortés . ¿En qué puedo servirles, señores?... Sus ojos se fijaron en Coleta, e hizo un mohín de desprecio. ¡Ah! ¿Eres , borrachín?... Después saludó con la cabeza al jefe del fielato, pues era respetuoso con toda autoridad que pudiera molestarle; y al fijar los ojos en Maltrana, lanzó una exclamación de alegría.