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Pero esta las examinó bien, y en menos de lo que se dice hizo de ellas crítica acerba, las desnudó, les quitó los sombreros, censuró aquellos talles de araña, y concluyó por considerar en su mente lo que resultaría si la más guapa de las chicas de Pez se vistiera con los arreos de Isidora, y esta se pusiera los de la chica de Pez.

Desmaroy sostiene sus ideas y yo las mías, nos miramos otra vez, no como amigos sino como luchadores. Leo en sus ojos: Esta muchacha es demasiado absoluta... Qué cabeza... Yo la meteré en cintura... Una mujer está hecha para obedecer. Bajo los ojos y mis párpados ocultan una respuesta acerba e irritada... No, no me meterá usted en cintura, porque jamás seré su mujer...

Antes que tal gente mostrase una acerba hostilidad a la muchacha, doña Rebeca la llamó algunas veces «sobrina» con un tono adulón un poco irónico; y todavía, después que la sitió con todo el enardecimiento de un plan completo de campaña, cuando en alguna encrucijada estratégica la quería congraciar, dábale aquel grato nombre de familia y pretendía halagarla con su vocecilla de falsete endulzada en la punta de la lengua.

Estuve en dos o tres teatros. Son de estilo inglés, generalmente pequeños y bonitos. En uno de ellos vi la famosa opereta Patience, crítica acerba de la última plaga de la literatura inglesa, el estetismo; esto es, la lánguida aspiración al ideal, traducida en maneras vaporosas, en posturas de virgen rosácea, en grupos de un helenismo rococó.

Siempre había sentido Delaberge predilección por los colores oscuros, la misma repugnancia por las joyas demasiado vistosas, y con la más profunda emoción iba comprobando esa semejanza de gustos, esas singulares afinidades... De tal modo estaba absorbido en su ansioso examen que no se dio cuenta al principio de la acerba entonación y de las agresivas intenciones que Simón ponía en su réplica.

«¡Qué mona está Isabelitadijo Cándida a Milagros; y a poco de decirlo, se dirigió hacia Columnas, dejando sola con su acerba pena a mi señora la marquesa. Esta oyó el gorjear de los pequeños, la voz de la mamá riñéndoles por su impaciencia y el chasquido de los besos que Cándida les daba.

Sólo la crítica acerba, con que comienza el pasaje citado del Quijote, ha dado pábulo á la opinión de que intentó conmover en sus cimientos al teatro nacional; pero, cuando lo examinamos despacio, nos convencemos de que sólo quiso hablar de los abusos aislados, que en número no escaso reinaban ya en la escena.

Demostrado con toda evidencia deja el señor conde que el espectáculo más nacional en España es el de las corridas de toros. Demuestra además con gracia, discreción y abundante copia de razones que las tales corridas no son feroces, ni inmorales, ni merecedoras de la censura acerba que no pocos sujetos autorizados y varios escritores de nota han lanzado contra ellas en épocas distintas.

Cada cual propende á figurarse, poniéndose él á un lado como excepción rara y punto menos que única, que por acá, intelectual y moralmente, todo está muy rebajado. La maledicencia, la más acerba censura, y la sátira más cruel se manifiestan en nuestras conversaciones y escritos y son lo que más agrada y se aplaude.

Necesito, además, escribir esta segunda carta para disculparme de no rasgar la primera; porque, después de la longánima docilidad con que se somete usted á mi censura, tal vez acerba, y me la paga en alabanzas, parece ruindad en el que mi censura se haga pública, y el que, siendo yo, por lo común, indulgente y hasta lisonjero con los extraños é indiferentes, me extreme por la severidad con usted, á quien cuento entre mis mejores amigos.