Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 28 de noviembre de 2025
Vamos basta de lloros, bésame, y que no vuelva a verte hasta después del baile, si es que no dejo la piel. Melia se puso talmente pálida, que se la hubiera podido tomar por una estatua de alabastro... Kernok... déjeme a su lado murmuró, y arrojó sus brazos al cuello del pirata, que se estremeció un momento y después la rechazó. ¡Vete! exclamó ; ¡vete!
¿Y á dónde vamos, señor? dijo Esperanza, saltando casi vestida de la cama. A París. ¡A París! Sí, á una hermosa ciudad... muy noble y muy populosa... que vale algo más que Madrid. ¿Y allí no os conocen? Sí, por cierto; pero en París es difícil encontrarse con los conocidos. ¿Pero vos no podéis estar siempre en París? No; pero iré á verte largas temporadas.
Y su egoísmo amoroso le hizo repetir una vez más las mismas exclamaciones: ¡Qué suerte que seas extranjero!... ¡Qué alegría verte libre de los peligros de la guerra! Julio sintió la irritación de siempre al oir esto. Le faltó poco para cerrar con una mano la boca de su amante. ¿Quería burlarse de él?... Era un insulto colocarlo aparte de los otros hombres.
¡Te vas, hijo mío! exclamó el millonario con repentino enternecimiento. Ya sabes que te he querido casi como un hijo. Allí donde estés, si necesitas algo de mí, habla; si quieres volver, vuelve. No nos despidamos ahora. Iré á verte: vendrás á... El ingeniero, levantando la cabeza con repentina vivacidad, le interrumpió.
Mira la mala cristiana Que consejo dá al muchacho, Sí, que no estaba borracho Como tú, falsa, liviana. Madre, alfin que no me quedo? Qué me llevan estos moros? Contigo van mis tesoros. A fe que me ponen miedo. Mas miedo me queda á mí De verte ir á do vas, Que nunca te acordarás De Dios, de tí, ni de mí; Porque estos tus tiernos años Qué prometen sino aquesto?
Pero lo más terrible, lo que más me horroriza, es dejar de verte, Amaury, no estrechar ya tu mano, no expresarte mi agradecimiento por tu amor, no dormirme esperando que te me aparezcas en mis sueños. Déjame que te contemple por última vez para poder acordarme de ti en la eterna noche de mi sepulcro. Hija mía dijo el sacerdote.
Al contrario dijo don Andrés sonriendo con sonrisa algo forzada . Quien me falta eres tú. Dame una cita para verte en tu casa a solas y ya verás cómo no te falto. Todo será con recato y sigilo. Nada sabrán ni don Paco ni doña Inés, y no tendrán de qué quejarse ni de ti ni de mí. Llegaban en esto a la plaza, después de haber bajado la cuesta.
Segunda regresó a las diez, después de la horita de tertulia que solía pasar en el puesto de carne, y viendo a su sobrina muy despabilada, le dio un poco de palique: «¿Sabes a quién he visto?, a la tía esa, la de los Pavos. Fue a buscarme al cajón, muy ofendida porque el señor Ballester no la dejó entrar a verte.
Anda a caza del sobrino que se les escapó esta mañana, y todavía no ha aparecido. ¿Sabes lo que me dijo? Te lo cuento para que te rías. Dice que las Samaniegas están trinando contigo, y que la viejona aquella, doña Casta, no parará hasta no verte en el modelo. ¡Qué comedia! Ríete, que eso es envidia.
Apenas pude ver a la persona de aspecto distinguido, muy elegante, que le acompañaba. Entramos en nuestros respectivos departamentos casi al mismo tiempo y todavía estaba yo en traje de calle, cuando apareció a la puerta de mi cuarto. ¿De dónde vienes? me dijo. Del teatro. Y le dije cuál. ¿Me buscaste? No fui con intención de buscarte, sólo quería verte le repliqué. No te comprendo.
Palabra del Dia
Otros Mirando