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Actualizado: 3 de mayo de 2025


A poco de verse abandonada, triste y arrepentida la desventurada Facia, recogióla otra vez don Celso por caridad de Dios; y por caridad de Dios también no la dijo una palabra desde entonces que se refiera de cerca ni de lejos a su locura ni a su desgracia; y a su lado fue creciendo la niña Tona, ignorando los verdaderos motivos de las tristezas y amarguras de su madre, y viviendo en la creencia de que su padre había sido un hombre de bien que, como otros muchos, se había marchado a «la otra banda» para mejorar la fortuna, y que allí había muerto sin conseguirlo, al cabo de los años.

De fijo que si no estoy yo aquí, te consumes todo el día pensando tristezas, y dándole vueltas a la idea de tu Quintanar ausente; 'que por qué no estará aquí, que si es buen marido, que ya no es un niño para no reflexionar'... y qué yo; las cosas que se le ocurren a una en la soledad, estando mala y con motivo para quejarse de alguno».

La huérfana gentil cerró sus ojos, Y hasta arrugó su frente iluminada Por mil destellos rojos, Al pensar en su madre idolatrada... ¡Así Rizal llenó de pensamientos Aquella hora de luz y arrobamientos!... Es arte el de decir hondas tristezas, Revestidas de fuego y de bellezas. De Luna e Hidalgo es el cantor sublime.

Pues yo murmuraba una voz que parecía salida de una botella, voz correspondiente a una cara escuálida y cadavérica, en la cual estaban impresas todas las tristezas de la Administración española , sólo pido dos meses, dos meses más de activo para poderme jubilar por Ultramar.

¡Ah! ¡Ah! dijo Fabrice. ¡Naturalmente! exclamó Pedro ; el matrimonio, sin duda que el matrimonio tiene sus inconvenientes, sus tristezas, sus peligros, pero, así y todo, es el mejor abrigo en que un hombre puede pasar tranquilo la vejez y aguardar la muerte sin deshonrar sus canas. El pintor dio un hondo suspiro sin responder a Pedro. Dispénsame le dijo su amigo . Este asunto te enoja con razón.

Por los mismos dolores que sufríste, por lo que has de sufrir seca tu llanto, y a la pálida novia que a viene, sedienta de tu amor, abre los brazos. A tu puerta ha llegado sonriente, como una virgen rústica, temblando, a ahuyentar tus tristezas dolorosas con la caricia de sus dedos blancos.

Era un impulso irresistible de vengarse de la acometividad y los caprichos de la otra en personas de su mismo sexo. Había momentos en que le era necesario confiar sus tristezas al Nacional, con ese impulso irresistible de confesión de todos los que llevan en el pensamiento un peso excesivo. Además, el banderillero le inspiraba, lejos de Sevilla, un afecto mayor, una ternura refleja.

Isidro pensó con envidia en la fuerza de los obreros. De tener el vigor de un albañil, de un peón del adoquinado, arrancaría una puerta, haría astillas una ventana para mantener el fuego; se defendería de la noche cruel, eterna como la muerte. Lamentaba su miseria física, que añadía nuevas tristezas a su situación.

Pues á darles gusto y que dejaran el sitio libre á los pecadores, á los malvados que aman este mundo y se conforman con todos sus defectos y tristezas, sabiendo que más allá no existe otro mejor. Aresti hablaba con una vehemencia feroz, brillándole los ojos con fuego homicida. Eres un inquisidor dijo su primo soriendo. Parece mentira que un hombre moderno como se exprese de tal modo.

Después de hablar algunos minutos todavía en el mismo tono indiferente, más propio de una visita de amigo que de una entrevista tan grave y solemne como debía ser aquella, procuró encauzar la conversación hacia lo que quería, hablando mucho de mismo, de sus tristezas y de su porvenir.

Palabra del Dia

hociquea

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