United States or Turks and Caicos Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !


Haced que se apague esa voz con que nos llama el mundo, á nombre de la Providencia, y la Suiza no adorará el polvo de su Guillermo Tell, ni la Inglaterra nos hablará de Cromwel, ni la Francia pronunciará respetuosa el nombre querido de su Juana de Arcos, ni la libre y valiente España saludará entusiasta los manes sangrientos de un Padilla; los manes sangrientos tambien de una mujer que me estremece el alma; una mujer tan valerosa, tan cristiana, tan tierna y tan ferviente; una mujer tan noble y tan hermosa; una mujer que vale tanto como una nacion; Mariana Pineda.

¿Y estará allí el ministro? preguntó Perla, ¿y extenderá las dos manos hacia , como hizo cuando me llevaste á su lado desde el arroyuelo? estará, respondió su madre, pero no te saludará hoy, ni tampoco debes saludarle. ¡Qué hombre tan triste y tan raro es el ministro! dijo la niña como si hablara en parte á solas y consigo misma.

Hasta entonces, durante el lento devanar de los ensayos, el dramaturgo fué una especie de pequeño dictador, sin cuyo consentimiento y beneplácito ninguna iniciativa prevaleció: los actores le pedían la entonación verdadera de las frases difíciles, el pintor escenógrafo le expuso sus bocetos, las actrices le consultaron el color de sus pelucas y de sus trajes, el guarda-muebles aceptó sus órdenes, sin su aprobación el director de escena no hubiese hecho nada... Y en este vaivén de discusiones minúsculas, de reprensiones, de enmiendas, de consejos, seguidos muchas veces á regañadientes y sólo por el imperio de la disciplina, ¡cuántas vanidades chafadas, cuántos pequeños orgullos hervidos, cuántos ocultos rencores surgieron aquí y allá, como espinas, porque el dramaturgo, á pesar de su amabilidad, de la cortés blandura que ponía en sus réplicas y de su vigilante empeño en no disgustar á nadie, no pudo, sin embargo, complacer á todos!... Esa misma impresionabilidad ardiente que caracteriza á los sacerdotes de la farándula les hace susceptibles y vidriosos: ayer fué la primera actriz la que se irritó secretamente contra el autor, porque éste, al enseñarle ella el sombrero con que pensaba «vestir» la obra, no demostró entusiasmarse mucho; hoy es el galán quien se disgusta, porque el dramaturgo, en el ensayo, le corrigió un ademán con demasiada viveza; mañana, en fin, serán la característica, ó la dama joven, ó el actor cómico, los que se creerán ofendidos por el desdichado autor, que preocupado con las multiplicadas peripecias de su obra, al marcharse del teatro no les saludará con bastante afecto...

Ya me verá usted, madre mía, volver a su lado dentro de algunos años, hecho todo un coronel, mariscal de campo o con un brillante empleo en Versalles. ¿Y qué tendremos con eso? Que seré aquí respetado y considerado. ¿Nada más? Y que todo el mundo me saludará, quitándose el sombrero al pasar por mi lado. ¿Y luego?

Mucho me encargó que os saludara en su nombre. Soy siempre su caballero y su esclavo. ¿Y vuestro viaje? No pudiera desearlo mejor, contestó el barón. La mar algo alborotada, pero tuvimos la suerte de avistar unas galeras piratas, á las que dijimos dos palabras. ¡Siempre afortunado, Morel! Ya nos contaréis la aventura esa.

Las alas tiende y sube hasta los cielos, Cual si fueras á traer á tus hijuelos El alimento que la vida ; Y mientras bajas desde el alta esfera Nuestra voz de Setiembre á la bandera Con himno popular saludará.

Allí podríais hacer todos los juegos de manos que quisierais; ¿hasta cuándo os burlaréis de nosotros? estáis comprometiendo el país y no lo veis, egoístones sin vergüenza... Ahora baja el oro otra vez, dos puntos, tres puntos, cuatro puntos, y las acciones del Banco Vitalicio suben medio punto, un punto, con un trabajo que ya, ya... Pero, ya daréis vosotros un tironcito de la cuerda, y vuestro mono hará una pirueta, saludará con una mueca a los tontos que asistimos a la función, e irá otra vez a meter la cabeza en las nubes.