United States or Ethiopia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Otras veces eran las yeguas de larga cola y sueltas crines que temblaban un momento con salvaje sorpresa al ver al jinete y huían monte arriba con violentas ondulaciones de ancas. Los potros las seguían, con las patas grotescamente cubiertas de pelo, como si llevasen pantalones. Rafael miraba asombrado a los zagales nacidos en la sierra.

El edificio está dividido en grandes compartimientos adecuados para guardar los carruajes y arreos, en asombrosa profusion; abrigar los potros y las yeguas de primer órden, que están allí como joyas de primor; alojar setenta soberbios caballos de tiro, otros tantos de silla, doscientas mulas para los coches de palacio, y un enjambre de lacayos y mozos puestos al servicio de sus amos, cuadrúpedos de sangre azul.

Bosques de álamos blancos y de muchos árboles gigantescos se suceden, alternando á veces con hermosas praderas, donde saltan y retozan los magníficos potros, las lustrosas vacas y las robustas ovejas de las crias escogidas pertenecientes al patrimonio real, ó á varios propietarios que poseen terrenos en las márgenes ó vegas del Tajo.

Ultimamente, se penetraron todas aquellas breñas, y no hallándose mas indios, se dió órden á que se uniese nuestra gente, porque los indios amigos acudieron al pillage de los animales, que en mi juicio pasaban de 4,000, entre yeguas y potros.

¿Por qué en el Coso, quebrando cañas, lidiando toros, rompiendo lanzas, cien caballeros de gran prosapia, que prez y orgullo son de Granada, deslumbradores de ricas galas, lucientes joyas, bruñidas armas, sobre fogosos potros del Atlas, que el Coso barren con sus gualdrapas, en las cuadrillas giran, se travan, como un torrente de fuego pasan junto al estrado de la acuitada, y sus preseas ante sus plantas ansiosos ponen, sin que una vaga, leve sonrisa conmueva plácida su hermosa boca, ni en dulce llama sus negros ojos lucientes ardan? ¿Por qué tal pena, desdicha tanta?

Ellos son la consagración: no hay gloria completa sin el beso de una hermosa y sin la mordedura de un malvado; nadie puede llamarse francamente triunfador si no ha sentido posarse sobre su frente tiernas miradas de mujeres y crueles y sarcásticas miradas de hombres... ¡Ah! quién diera a mis palabras la pujanza de águilas bravías o potros cerriles, para pregonar con ellas a despecho de afilados dientes y rastreros silbidos, y no ya por la isla infeliz, sino bajo todos los techos del mundo, el genio y la bondad del divino maestro.

Ya ves que, por extenso... ¿eh? se pueden correr potros en él. De esto ya te enteraste anoche, pero no de los cuadros por falta de luz... ni del tillado de castaño negro con remiendos de cabretón. Mira qué puertas: de roble, con su cristalillo de a tercia en su correspondiente cuarterón. En cada tiempo su estilo.

Cinco melifluos sobre cinco potros Llegaron, y envistieron por un lado, Y llevaronse cinco de nosotros. Cada qual como moro ataviado, Con mas letras y cifras, que una carta De Principe enemigo y recatado. De romances moriscos una sarta, Qual si fuera de balas enramadas, Llega con furia y con malicia harta.

Ya no era más que una ruina: podía burlarse de ella el muchacho, pero en otro tiempo le habían dicho cosas mejores los caballeros que venían con el difunto amo a ver los potros del cortijo, celebrando las comidas que ella les guisaba.

Aquellos montaban poderosos potros ricamente enjaezados, y otros iban á pie. Algunos parecían menos ricos y lujosos que los demás; y aun puede asegurarse que había bastantes pobremente vestidos, si bien éstos eran poco vistos, porque el brillo y elegancia de los otros como que les ocultaba y obscurecía.