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Actualizado: 6 de mayo de 2025


A las cuatro esquina de dicho patio fuera de los corredores mirando al centro de él hay cuatro estátuas algo maltratadas de cuerpo entero sobre pedestales de piedra tosca de vara y cuarta de ancho y vara de alto; la una de marmol que representa la Diosa Palas de tres varas y dos tercias de alto, otra de la misma piedra y tamaño que representa la propia Diosa aunque en diferente postura y acto, otra de la misma piedra de dos varas y cuarta de alto que representa la Diosa Ceres y la otra de la misma piedra de dos varas y tercia de alto que representa la Copa Siriaca de Virgilio según la memoria antigua.

Estaba la parte superior del armario forrada de terciopelo rojo, bastante bien conservado, y sobre almohadillas del mismo terciopelo hallábanse varios relicarios de plata, guardando huesos de santos; en un rincón, de pie contra la pared, había un objeto de más de una tercia de largo, envuelto en una funda de oscuro tafilete, roída toda de ratones, y esto fue lo que cogió Currita, sosteniéndolo por su mucho peso con ambas manos, y saliendo al punto de la capilla muy de prisa, azorada, como si hubiese cometido un robo en lugar sagrado.

Sus manos siempre están ocupadas: o empaqueta el cigarro, o saca la navaja, o tercia la capa, o se cala el chapeo, o se aprieta la faja, o vibra el garrote: siempre está haciendo algo. Se le conoce a larga distancia, y es bueno dejarle pasar como al jabalí. ¡Ay del que mire a su Dulcinea! ¡Ay del que la tropiece!

Nadie más que el mozo que tengo á la vera, mi amigo Bartolo. ¡Á ver si hay alguno que le ponga el pie delante en el trabajo ni que se atreva á saludarle el hocico en la romería!... Además la tía Jeroma no le dejará marchar de casa sin su porqué; y como la moza es limpia y honrada, si se tercia también la meterá en casa y los mantendrá á cuerpo de rey...

Si yo como la torta al pie del lar, la comes también, porque no te mantienes del aire, y si das garrotazos en las romerías, garrotazos sacudo yo cuando se tercia. Vete solo si quieres, que no será Quino de Entralgo quien te lo estorbe. Iba á contestar Nolo con otras pesadas palabras; pero el intrépido Celso de Canzana, temiendo que la disputa llegase á pelea, se apresuró á intervenir.

Nin los romanos non deben tomar nin demandar nada de las dos partes de los godos, nin los godos de la tercia parte de los romanosPor donde se ve cuan pocos eran los judíos que habitaban en España, cuando en este repartimiento para nada se les nombra: silencio que no se advertiria si hubieran sido muchos en número.

Este traje, que era lo más lujoso y bello que la huérfana poseía, tenía la forma y los colores más en moda en aquella época: cuerpo de terciopelo negro con prolijos dibujos de pasamanería, y guardapiés de seda pajizo, adornado con una gran franja, como de á tercia, de encaje negro.

Ahora que vas á Oviedo y tratarás con señorones de levita, instrúyete, hija, aprende lo que puedas, lee por todos los papeles que se te ofrezcan y si se tercia agarra también la pluma. Pero luego que estés bien aprendida no desprecies á los pobres ignorantes, porque buena desgracia tienen ellos. Además el orgullo no sienta bien á ningún cristiano.

Entre estas dudas y las consiguientes inquietudes, llegó la noche cerrada, a poco más de las cuatro, con una tercia de nieve sobre el valle y un nevar espeso y continuo que ya me iba alarmando mucho, porque suponía a don Sabas en camino y pensaba en los peligros que podía correr.

I esto era, mas que devocion, codicia de apoderarse de los muchos i grandes bienes que solian tener los mas principales judíos, convertidos á la fe; puesto que segun las ordenanzas del tribunal establecido en Sicilia, la tercia parte de las haciendas embargadas á los herejes para despues confiscarlas, pasaba á los bolsillos de los inquisidores.

Palabra del Dia

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