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Actualizado: 4 de julio de 2025


Así como su hermana, invadiendo con atrevido vuelo las esferas de lo futuro, se representaba siempre las cosas probables y no acontecidas aún, Pecado, cuando se sentía dispuesto a la meditación, resucitaba lo próximamente pasado, y se recreaba con un dejo de las impresiones ya recibidas. Era un trabajo de rumiante y un placer de perezoso.

Honda tristeza se apoderaba de mi espíritu, y lento, retrasado, perezoso, volvía yo al colegio, entregado a la subyugadora melancolía que despierta en los jóvenes el espectáculo siempre nuevo de la tarde moribunda, de la llegada de la noche.

Que abandonara esa vida de vagancia, que se hiciera hombre de provecho, que trabajara... ¡Trabajar Agapo! ¡si apenas podía llevar su alma a cuestas! sus brazos colgaban lánguidos de los hombros, sus piernas se negaban a sostenerle mucho rato y hasta su pensamiento era tardo y perezoso, como obrero holgazán que ama el descanso.

Verdad es que muchas veces el músico de callejuela ó de plaza no es mas que un perezoso y un vulgar rascador de violin ó de arpa, sin gracia ni atractivo alguno; pero de tiempo en tiempo se da con bandas de verdaderos artistas nómades que encantan y merecen aplausos y favor.

Se había convenido que Sandoval, como el que más cualidades de orador tenía, resumiría los brindis. Tadeo, perezoso como siempre, nada había preparado y se veía en un apuro. Mientras aspiraba un largo sotanjun, pensaba en cómo salir del paso, hasta que recordó un discurso aprendido en la clase y se dispuso á plagiarlo y adulterarlo.

Entró en un teatro; encontró insípida la obra que se representaba, á pesar de que llevaba doscientas representaciones, y volvió á Montretout en el último tren. Dormía profundamente por la mañana, cuando la puerta de su cuarto se abrió bruscamente y entró el señor Roussel diciendo: ¡Soy yo! ¡Cómo, perezoso! ¿estás todavía en la cama? Ven á abrazarme. Mauricio no se lo hizo repetir.

La tierra fungosa se descarnaba como los huesos de Job; sobre la sierra se dejaba arrastrar por el viento perezoso, la niebla lenta y desmayada, semejante a un penacho de pluma gris; y toda la campiña entumecida, desnuda, se extendía a lo lejos, inmóvil como el cadáver de un náufrago que chorrea el agua de las olas que le arrojaron a la orilla.

Tal vez las mismas facultades, sofocadas en él por la pobreza, renacían en su descendiente. ¿Si llegaría á ser un gran pintor este muchacho perezoso, pero de ingenio vivaz, que vacilaba antes de emprender su camino en la vida?... Pasó por todos los caprichos de Julio, que, estando aún en sus primeras tentativas de dibujo y colorido, exigía una existencia aparte para trabajar con más libertad.

Bandas de cuervos se levantaban con perezoso aleteo al oir sus pasos; pero volvían á posarse en tierra, repletos pero no ahitos, habiendo perdido todo miedo al hombre. De tarde en tarde encontraba grupos vivientes. Eran pelotones de caballería, gendarmes, zuavos, cazadores. Vivaqueaban en torno de las granjas arruinadas, explorando el terreno para cazar á los fugitivos alemanes.

Los de don Quijote le desvelaron de manera que despertó a Sancho y le dijo: -Maravillado estoy, Sancho, de la libertad de tu condición: yo imagino que eres hecho de mármol, o de duro bronce, en quien no cabe movimiento ni sentimiento alguno. Yo velo cuando duermes, yo lloro cuando cantas, yo me desmayo de ayuno cuanto estás perezoso y desalentado de puro harto.

Palabra del Dia

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