United States or Vatican City ? Vote for the TOP Country of the Week !


Lo que más excitaba el entusiasmo de los buenos tertulianos, era la consoladora consideración de que Nieva aun no había llegado ni llegaría en mucho tiempo a tal grado de perfeccionamiento. Y don Rosendo, un poco recalentado por los elogios, prometió emprender campañas activas en favor de todo lo que se le demandaba.

El Rey entonces para emprender su expedicion se desnudó de las ropas que llevaba, y se puso entre otros adornos una capa cumplida de color de carmesí forrada en armiños, salió á la sala de los mármoles donde le aguardaban los concurrentes, se sentó en su silla en el palacio de las Jarras, y en medio del sonido de los instrumentos armó á varios caballeros, y cerca de las cuatro montó sobre un caballo blanco, y sus hijos D. Alonso y D. Juan iban vestidos tambien de damasco blanco.

Por una trapa del techo caían sobre ella brazadas de forraje, empujaban los mozos el calabozo ambulante sobre sus pequeñas ruedas, llevándolo al cercano ferrocarril, e inmediatamente otro cajón era colocado en el pasadizo, repitiéndose el engaño, hasta que quedaban listos para emprender el viaje todos los animales de la corrida.

Pero he aquí que de uno de ellos sale una voz gritando: ¡Maripepa, que ahí viene Pacha! Oirlo aquélla y emprender rauda carrera, todo lo rauda que le consentía su pierna defectuosa y el peso que llevaba, fué todo uno. En efecto, una mujer de bastante más edad, aunque no tan fea, venía corriendo hacia ellos.

En cuanto acabara ese estudio que le robaba hasta el sueño, se volvería a Madrid para dar cuenta de todo a los capitalistas que habían de emprender las labores bajo su dirección, asignándosele a él, para remunerar su trabajo, la mitad de las ganancias.

Ocurriósele dar un gran baile, una fiesta ruidosísima y brillante, a beneficio de los niños de la Inclusa, pero la estación estaba ya muy adelantada; todo el mundo había creído asfixiarse pocas noches antes en el baile de Butrón, y ella debía también emprender al fin de semana su viaje a Bélgica.

Aquella mujer era Josefina. La visita de los Inválidos me deja sin aliento para emprender la descripcion de Santa Genoveva. Esta descripcion será la tarea de otro dia, porque no debo ser mezquino con un monumento tan espléndido. La historia de su orígen es una página bellísima de la historia del hombre, y necesito reposarme un poco.

Afortunadamente, un antiguo amigo de mi padre que habita en París, y que en otro tiempo era el encargado de los negocios de nuestra familia en calidad de notario, ha venido á ayudarme en estas tristes circunstancias: me ha prometido emprender él mismo, un trabajo de liquidación que presentaba á mi inexperiencia dificultades insuperables.

Al saber que la gentuza entraba en la ciudad, se había metido con su valiente acólito en el colmado del Montañés, cerrando bien las puertas para que nadie les estorbase. Había que hacer genio, beber un poco antes de emprender la faena. Tiempo les quedaba para salir y hacer correr a tiros a la canalla.

El sabio de mañana vacila entre dirigirse al grupo de la derecha o al grupo de la izquierda; decídese al fin a emprender su marcha hacia el primero, procediendo lógicamente.