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Entre estos sesenta solo hubo uno que diese muestras de rendirse, á quien los otros arrojaron de la torre. Después de haber destruido y talada la mayor parte de la Provincia, volvieron á Galípoli, acrecentados de reputacion, de hacienda, y de gente, que se les juntaba de Italianos, Franceses y Españoles, que pudieron escapar de la crueldad y furia de los Griegos.

A 1° de Febrero de 1674, dirigiéndose el Superior Padre Ezguerra con cinco soldados por el camino de Fuuña, fué asaltado por sinnúmero de hombres armados, los cuales, con grandes gritos pedían su muerte. Las palabras se hicieron obras, y el Padre Ezguerra y sus compañeros perecieron taladrados de flechas y arrastrados sus restos hasta el mar, en donde los arrojaron.

Con una tan ilustre confesión, tanto más digna de agradecimiento cuanto menos esperada, haciendo increíble fiesta los neófitos y gritando de contento, se arrojaron todos á darle muchos abrazos; pero á ninguno cupo mayor júbilo que al V. Padre, que con la conversión de éste sólo dió por reducido á todo el pueblo al gremio de la Santa Iglesia.

Has errado el golpe, Toribión profirió con voz entera el héroe de la Braña. Si tuvieses las manos tan ligeras como la boca pronto darías buena cuenta de . Pero confío en que ahora vas á pagar tu fachenda de siempre y la marranada de ayer. ¡Muera el cerdo de Lorío! Ambos combatientes se arrojaron el uno sobre el otro con el corazón henchido de un furor salvaje.

La tierra fungosa se descarnaba como los huesos de Job; sobre la sierra se dejaba arrastrar por el viento perezoso, la niebla lenta y desmayada, semejante a un penacho de pluma gris; y toda la campiña entumecida, desnuda, se extendía a lo lejos, inmóvil como el cadáver de un náufrago que chorrea el agua de las olas que le arrojaron a la orilla.

Así lo hubiese ejecutado el valentón si no da la casualidad que, ya en el estrado, tropezase y cayese, en cuyo punto se arrojaron sobre él alguaciles, mozos y público y le hirieron ferozmente. Media hora después estaba la horca levantada en la Plaza de San Francisco y á ella fué arrastrado Juan, á quien habían cargado de cadenas.

A poco, los arfakis encendieron el haz de hojas secas que le habían atado a la espalda, y con las lanzas y a mazazos lo arrojaron en la hoguera. ¡Ah, canallas! gritó Cornelio . ¡Fuego, Van-Horn! Dos disparos resonaron a un tiempo.

El 20 amaneció lloviendo con fuerte viento, mas por huir de los indios caminamos como una legua: y lloviendo como estaba, de la parte del N se arrojaron al rio, entre hombres y mugeres, mas de 200, que algunos estuvieron ya para ahogarse. Llegaron á la canoa, y apoderados de ella, querian llevarlo todo: díles algunas cosas, y dejáronme.

Y como los indios viesen el fuego, que tuvieron temor de ser quemados y arrojaron las armas en tierra, y se fueron derechos al Viracocha, y como llegasen á él, se echaron por tierra todos; el cual, como ansí los viese, tomó una vara en las manos y fué do el fuego estaba, y dió en él dos ó tres varazos y luego fué muerto.

Allí se descubrió, sin que el gitano correspondiera a su atención, y entonces los ayudantes del verdugo arrojaron su cuerpo al muladar, donde fue devorado por los perros. ¡La venganza! placer de los hombres.