Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 15 de octubre de 2025


El majadero de López estaba dispuesto a todo, apretado por la miseria, la envidia y los apetitos que devoraban su alma. Ya se cansaba de esperar el venerable Gracián, cuando apareció Romualda, jadeante y sofocada. Por su conducto la señora Nazaria suplicaba al Padre tuviera la bondad de subir, porque se encontraba muy mala.

Nazaria le preguntó por los remedios que para tan atroz dolencia habían descubierto las facultades, y Gracián, con apariencias de no creer mucho en ellos, habló de varios, tales como friegas, infusiones teínas y revulsivos. El mejor antídoto contra el mal era, a su juicio, el valor y el desprecio del mal mismo.

Detrás del mostrador ponía su mesa Nazaria; se lavaba manos y brazos hasta el codo; quitábase aquel horrible mandil que le sirviera poco antes, y acompañada de alguna discreta amiga que de la próxima tienda de lienzos venía o de la mujer del vinatero, restauraban sus fuerzas.

El piso temblaba como si pasara un carro. Nazaria llegó a una mesa y cogió un objeto voluminoso que encima de ella había. ¿Qué era aquello? Era una urna de madera y cristal, alta de tres cuartas. Dentro de ella había una virgen de los Dolores, y encima un toro de yeso, dos toreros, un niño Jesús, una enormísima moña.

Poco después Tablas y Salvador se saludaban en la sala. Hablaron con interés un largo rato, y al fin dijo López: Vámonos al café, y almorzando hablaremos de eso despacito. Aquí no se puede hablar de nada. Nazaria es muy re-curiosa, y todo lo quiere saber. Se fueron. En la escalera hallaron al fenómeno, que después de haber subido para llevar los cigarros al Sr.

Tablas miró a un palo que en el rincón de la sala había, y que sin duda iba a intervenir como tercer personaje en aquella escena. , reina soy y ama de todo bramó Nazaria pálida y furiosa, extendiendo los brazos . Mío es el pan que comes, mía la ropa que vistes, mío el tabaco que fumas, y mías las copas, las copas.... No pudo decir más porque la ahogó la tos.

El atleta, con su media docena de facinerosos caminó hacia la calle de las Maldonadas. Cerca de la puerta de su casa vio a Romualda que salía presurosa, y la llamó: ¿Y Nazaria? Lo mismo. ¿Hay alguien arriba 22? Nadie, yo sola; digo, yo he bajado. Sube y tráeme mi navaja grande que está sobre la cómoda. Madre Nazaria me ha mandado por agua. Tiene sed. Ve primero por la navaja.

Navarro debió principalmente su venturosa escapatoria, a la condescendencia o complicidad de la gente menuda, siempre venal; de modo que Salvador no se arrepintió de haber recurrido al buenazo de Pedro López, ni este se arrepintió de servirle, porque, habiendo cobrado en moneda corriente sus estipendios y el importe de todos los gastos, pudo ofrecer a la iracunda Nazaria parte del caudal que le había derrochado.

Yo soy un ángel; pero cuando me solicitan, embisto. ¡Qué genio me ha dado Dios! Yo mismo me tengo miedo a veces.... Rumalda.... Rumalda había llegado con el aceite y con el vino, y Nazaria aprontaba el remedio que reclama toda cabeza sobre la cual se ha hecho pedazos una urna.

Lo pasaría menos mal dijo Nazaria , si no tuviera miedo, muchísimo miedo a esa enfermedad que ha entrado ahora, y que, según dicen, mata a la gente en un abrir y cerrar de ojos. Se llama el Cólera dijo la flaca con vocecilla ronca que hizo estremecer al curita. El cólera, dijo Gracián . Esta epidemia viene del Ganges, de donde saca su apellido de asiática.

Palabra del Dia

aprietes

Otros Mirando