Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 21 de mayo de 2025
El genio de la muerte, Pausanias, el que hace cesar todos los cuidados y dolores, le había aparecido á Apeles en los momentos solemnes de los actos anteriores, para arrebatarle las prendas más queridas. Pausanias sale ahora de entre las ruinas. Apeles le pide la muerte, y Pausanias le dice que él no puede morir. Todo muere ó ha muerto, sin embargo, en torno suyo. Palmira está ya casi desierta.
Lo que le ha variado algo es el color: ya no es tan blanco... Y bien mirado, mejor es así para un hombre como él, tan hecho y tan... eso es... Y vamos allá: como le vi bien despierto y de excelente condición, púsele en carrera con ánimo de que siguiera la de su padre: ya ve usted, por no dejar morir esto que ha sido la hogaza de la familia, de una familia tan dilatada como la mía; y hay que ser agradecido, don Alejandro... eso es.
No comprende usted exclamó con desesperación. ¿Y la humillación, y la vergüenza? ¿No es eso nada para usted? ¿Cómo pensar en eso sin morir? Tal idea me da fiebre... Temblaba y estaba agitada por grandes calofríos. Es preciso absolutamente que yo tenga esas cartas. ¿Se las ha pedido usted al señor Lautrec? Sí, sin duda; y se ha negado a dármelas. Es abominable, odioso...
Sintió el herido que toda su sangre afluía á su corazón, que éste se detenía como paralizado algunos instantes, para después latir con más fuerza, arrojando á su rostro una oleada roja y ardiente. Adivinaba lo ocurrido allá lejos; se lo decía el corazón: Pimentó acababa de morir.
La Caramba, ya quería matarle, ya quería morir ella por amor de él; pero de todos modos ansiaba ser amada. Consultó a una famosa gitana hechicera, que había entonces en Madrid, y esta gitana le vendió el puñalito con puño de oro para que le clavase en el corazón de la efigie, como la Caramba lo hizo. No por eso conquistó ella el vivo y verdadero corazón de D. Jacinto.
Por un instante tuve el intento de aplazar indefinidamente este día, juzgando que era muy joven para morir de modo tan desastroso: mas pronto revoqué mi acuerdo por motivos de delicadeza, y pedí se me ejecutara al día siguiente. Hay que confesar que tengo un sueño muy digno.
El terror de la próxima muerte en un patíbulo, los remordimientos, la vergüenza, combaten el alma de Margarita. A todo se sobrepone el amor, apenas vuelve a ver a Fausto. La lucha de sus afectos, su dulzura, el extravío de su razón, la vacilación entre quedar allí para morir, o seguir a su amado y salvar la vida, todo resalta natural, apasionada y divinamente en sus palabras.
Si éstos me siguen continuó el Barrabás con énfasis , si no son unos cobardes como mis consortes, ya oirás hablar de mí... Algún día puede que os tape con onzas de oro a padre y a ti... Cada uno sabe lo que le conviene. ¿Qué había de ser yo? ¿albañil, como mi padre? Muchas gracias; no quiero morir aplastado lo mismo que un sapo, o en medio de la calle pidiendo limosna.
Dos hermanitos, hijos de una distinguida familia de Buenos Aires, se abrazan para morir, y el cadáver del uno resguarda de las balas al otro. «Yo estoy libre grita ; me he salvado por la ley.» ¡Pobre iluso! ¡Cuánto hubiera dado por la vida! ¡Al confesarse había sacado una sortija de la boca donde, para que no se la quitaran, habíala escondido, encargando al sacerdote devolverla a su linda prometida, que al recibirla dió, en cambio, la razón, que no ha recobrado hasta hoy la pobre loca!
Sin hacer caso de las quejas de su madre sobre la inferioridad de la posición, la escasez del sueldo y la tristeza del país, «un agujero en el que se iban a morir de aburrimiento,» Julieta la calmó dulcemente como a un niño, más aún por sus caricias que por sus palabras, y la buena señora acabó por declarar que estaba pronta, por su hija, a todos los sacrificios.
Palabra del Dia
Otros Mirando