United States or Paraguay ? Vote for the TOP Country of the Week !


Yo voy a ir a buscar al doctor. Ha encontrado, una mujer en la nieve y cree que está muerta agregó en voz baja al squire . Vale más hablar de esto lo menos posible; molestaría a las damas. Decidles solamente que una pobre mujer sufre del frío y hambre. Voy a buscar a Kimble.

Me ha hecho llorar esta criatura; ¡pobre Pampa! ahora me duele haberla pegado ayer, tan injustamente... ¡qué hermoso día! para estar alegre, para ser feliz... No saldré hasta que tiíta no salga, si no, me atajaría en el patio, y me molestaría a preguntas, y quizá, no me dejaría marchar, de miedo... y va a salir, porque desde aquí la veo en el comedor, de velo puesto... hasta les oigo hablar, aunque no distingo lo que dicen: ¡esto es lo que más me aflige! ¡si yo no lo merezco, viejecitos de mi alma, que así os preocupéis por ! soy un miserable, indigno de vuestro cariño, que no he sabido hacer vuestra felicidad, como era mi deber; ya lo veréis: Quilito muerto, quedaréis tranquilos, disfrutaréis en paz de vuestra rentita; y Quilito morirá, porque es un estorbo y una vergüenza para su familia, porque no quiere ser un segundo Agapo, como tiíta lo profetizó con tantísima razón... ¿otra vez llorando?... tiíta se levanta, sale... ya sonó la reja, ya está en la calle, ¿a dónde irá? a poner en práctica el medio de que me ha hablado, a arrastrarse, a cavar la tierra, como ella dice... ¡y por mi culpa! ¡ah! no merezco perdón: lo que he hecho es inicuo... no se moleste usted, tiíta: si el medio, el medio infalible, aquí lo tengo, en el bolsillo.

Recobró el roder poco a poco su confianza en el diputado. Esperaría; pero un mes nada más. Si después de este plazo no llegaba el indulto, no escribiría, no molestaría más.

Bueno; pues yo nunca le contradigo, porque, además de herir su amor propio de entendido en aves noctívagas, le molestaría mi advertencia, significándole que tiene malos ojos, y los tiene hermosísimos, aunque ven poco. ¿Para qué contradecirle? ¿Para qué herir su amor propio de naturalista? ¿Para qué recordarle que no ve bien? ¿Qué más da que aquello que voló sea lechuza o sea carancho o sea chimango?

Le di un millón de gracias, rebosando de gratitud, y le prometí que cuando llegase el caso la molestaría sin vacilar, pues me inspiraba una confianza absoluta. Desde la primera noche que la viera me había sido extremadamente simpática. Sus ojos dulces y benévolos revelaban un buen corazón, el timbre de su voz inspiraba desde luego cariño y confianza, etc., etc.

Pero Novoa era otro hombre, incapaz de sentir el maligno placer de los maldicientes, que se regodean con las torpezas ajenas. Además, Miguel le tenía por muy franco, y pronto se convenció de ello. Tranquilamente, sin pensar si con sus palabras molestaría al otro, el profesor aludió á lo ocurrido en el castillo de Lewis.

Ojos negros, luminosos, húmedos; nariz delgada, fina, correctísima; boca agraciada; mejillas en las cuales se dibujaban apenas lindos hoyuelos, que más acentuados, al reir la joven, serían encantadores. ¡Buen cantante! díjele, mirando al pajarillo. Le molestaría un poco. Desde muy temprano se suelta cantando. A veces, agregó, haciendo un mohín risueño, ¡está insufrible!

Le molestaría poco tiempo; iba a morir muy pronto; pero su presencia alegraría la poca vida que le quedase. Con él emprendió el regreso a Jerez, cuando los alcanzó la tempestad, obligándoles a refugiarse en el cortijo.

La obediencia no es mi fuerte, la pobreza me molestaría y sólo me seduce la castidad. Tales gustos son los de una solterona, pero no son una vocación religiosa. Pero el matrimonio no me seduce tampoco mucho. ¿Estás segura, abuela, de que tengo la vocación del matrimonio? ¡Cómo disparatas, hija mía, cómo disparatas! suspiró la abuela encogiéndose de hombros.

Mrs. Power, al aparecer por breve rato en esta parte del buque, no tardó en adivinar la oculta relación entre los dos, a pesar de su afectada indiferencia. Este descubrimiento pareció devolverle la tranquilidad. Ya no la molestaría su antiguo amigo. Y hasta se atrevió a sonreírle irónicamente, cual si le felicitase por su nueva conquista.