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Actualizado: 1 de septiembre de 2024


De repente, sin que ella lo advirtiera, se asomó a uno de ellos el editor, acompañado de otro caballero, y, suspendiendo ambos la conversación, escucharon a Cristeta, que siguió cantando con agradables modulaciones, ajena de toda pretensión vanidosa, como pájaro incapaz de sospechar que nadie se detenga a oírle.

Cuando la condesa y Pedro entraron, la mitad de la danza decía cantando: ¡Ay, un galán d'esta villa! ¡Ay, un galán d'esta casa! La otra mitad contestaba: ¡Ay, diga lo qu'él quería! ¡Ay, diga lo qu'él buscaba! La melodía era suave y monótona.

Seguía este carruaje un escuadrón volante de locos, a pie, y a caballo, y en coches, con diferentes temas, que habían perdido el juicio de varios sucesos de la Fortuna por mar y por tierra, unos riéndose, otros llorando, otros cantando, otros callando, y todos renegando della ; y no tomaba de otros parecer, diligencia para no acertar nada, desapareciendo toda esta máquina confusa una polvareda espantosa, en cuyo temeroso piélago se anegó toda esta confusión, llegando el día, que fué mucho que no se perdiera el sol con la grande polvareda, como don Beltrán de los planetas, subiéndose los dos camaradas la cuesta arriba a la recién bautizada ciudad de Carmona , atalaya del Andalucía, de cielo tan sereno , que nunca le tuvo, y adonde no han conocido al catarro si no es para serville ; y tomando refresco de unos conejos y unos pollos en un mesón que se llama de los Caballeros, pasaron a Sevilla, cuya giralda y torre tan celebrada se descubre desde la venta de Peromingo el Alto, tan hija de vecino de los aires, que parece que se descalabra en las estrellas.

El viento, dócil vehículo, la subía y la bajaba según su deseo, andando siempre, y pasaban valles, ríos, montes, colinas, pueblos, sin parar nunca. En su viaje, la pluma no cesaba de admirar cuanto veía. Los pájaros pasaban cantando junto á ella; las mariposas se detenían, mirandola con asombro, no acertando á comprender si era cosa viva o un objeto arrastrado por el viento.

»Entró, pues, el emperador Carlos V en el Monasterio de Yuste el 3 de Febrero de 1557. Su primera visita fué á la iglesia, donde le recibió la Comunidad con cruz, cantando el Te Deum laudamus, y colocado después S. M. en una silla, fueron todos los monjes por su orden besándole la mano, y el Prior le dirigió una breve arenga, felicitando á la Comunidad por haberse ido á vivir entre ellos

Se acomodó en un banco, volviendo la espalda a la virgen con el gesto de mal humor del que se ve obligado a hacer todos los días la misma cosa, y con una voz bronca, desgarrada, furiosa, que hacía temblar las paredes del santuario, comenzó una melopea lenta, cantando la historia de la imagen y sus portentosos milagros.

Ya sabe usted que yo deseo servirle, pero como no soy el dueño... ¿A ver el frac? Respiró el joven, sonriose el corredor; tomó el atribulado cinco pesos, dio de ellos uno y firmó diez y seis, contento con el buen negocio que había hecho. Dentro de tres días vuelvo por ello. Adiós. Hasta pasado mañana. Hasta el año que viene. Y fuese cantando el especulador.

Pero el arquero Simón, que había bebido tanto ó más que los otros, dejó el duro lecho más alegre que unas castañuelas, cantando á voz en cuello Los Amores de Albuino, trova muy popular á la sazón; y después de besar á la patrona y de perseguir á la criada hasta el desván, se fué al arroyo cercano, en cuyas cristalinas aguas sumergió repetidas veces la cabeza, "como en campaña," según decía.

Los días que no le despertaba al romper el alba el tío Ventolera cantando la misa desde la playa o subiendo la colina para lanzar unas cuantas piedras contra la puerta de la torre, el solitario permanecía en su jergón hasta bien entrada la mañana. Llegaba a sus oídos la voz monótona del mar, la gran madre arrulladora.

eres hoy la sirena del mar malayo, el hada rozagante que endechas quiere y vive de los astros al níveo rayo, cantando su amor puro que nunca muere. ¡Escúchame! En las rimas del bardo errante flamea el sacro fuego del sol de Oriente; deja que al son del arpa tu nombre cante, porque beses siquiera su mustia frente.

Palabra del Dia

jediael

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