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Actualizado: 26 de septiembre de 2024


En medio de su mala ventura, la idea de que Schlingen, el especulador afortunado, el atrevido acaparador de títulos, el rey de la rueda, en fin, estuviera comprometido en la liquidación, le hizo el efecto de una ducha en la nuca. ¿Era entonces tan seria la catástrofe? ¿No había barreras para el torrente? Si Schlingen caía, ¿quién iba a quedar en pie?

Parte veynte y nueve, en Guesca, por Pedro Lussón, año 1634. Este título se ha puesto por algún librero especulador de comedias, que indudablemente no lo llevaban en un principio. Las piezas aisladas del tomo son: La paloma de Toledo: representóla Avendaño; páginas 121-140. Querer más y sufrir menos: págs. 58-81. Los mártires de Madrid. La próspera fortuna de Don Bernardo de Cabrera.

Don Eleazar era ante todo un especulador; en su casa de comercio no se compraba ni se vendía sino papeles de Bolsa. De cuando en cuando, para variar, solía comprar algún gran pleito, y con la paciencia y la tenacidad de un israelita perseguía su gestión por todas las instancias, hasta liquidar y desenredar la madeja litigiosa a fuerza de dinero y de procuradores traviesos y experimentados.

En primer lugar, señor marqués, seré para usted el órgano de comunicación de un especulador hábil, rico é influyente; este personaje ha concebido la idea de una empresa de consideración, cuya naturaleza le explicaré en seguida y que fracasará si no le presta su concurso particular la clase aristocrática de este país.

Esa quiebra de Raynaud nos ocasiona pérdidas considerables, y es triste para mi padre ver la obra de toda su vida puesta en peligro por la falta de un especulador imprudente.

El genio especulador de Salabert les infundía vértigos de asombro, como si se pusiesen a calcular cuántos vestidos podrían comprarse con sus millones. Y él, tan flexible generalmente, que había llegado al puesto que ocupaba, según propia confesión, a fuerza de puntapiés en el trasero, al hallarse entre sus adoradores los maltrataba sin piedad.

Tanto, que fué necesario rehacer la geografía administrativa de las colonias para ponerla al frente de un virreinato creado exprofeso para ella. En 1806 el ojo especulador de Inglaterra recorre el mapa americano y sólo ve a Buenos Aires, su río, su porvenir.

Está bien claro el partido que tomará el especulador, si no está dominado por principios de rígida moral y caballerosa delicadeza. Así, quien refiere acontecimientos en cuya verdad ó apariencia tiene grande interes, es testigo sospechoso; prestarle crédito sobre su palabra fuera proceder muy de lijero.

Mas adelante el baratero os pone en las barbas su pequeña Babel portátil de fósforos y lápices, jabones y pomadas y las mas heterogéneas sustancias, que os ofrece sin gracia ni donaire. En España nadie tiene la gracia seductora del Frances para vender, porque aquel ha sido un país poco especulador y condenado al aislamiento moral.

En la City y en sociedad creían algunos que poseía grandes sumas invertidas en minas, y que era un feliz especulador en acciones, mientras otros declaraban que era dueño, por lo menos, del terreno, o, mejor dicho, de toda la planta urbana de dos grandes ciudades de los Estados Unidos, afirmando algunos, con más aplomo, que el origen de su fortuna provenía de concesiones que había conseguido del Gobierno otomano.

Palabra del Dia

jediael

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