Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 27 de junio de 2025
Casi en el centro del gabinete, una mesa, una gran mesa con su cubierta de paño verde, que caía hasta cerca del suelo, dejando ver los pies del mueble, unas garras de león o de grifo que hincaban en sendas esferillas las pujantes uñas, como en mísera presa famélico milano. Cargada de legajos y mamotretos, aquella mesa característica no tenía espacio libre en su ancha superficie.
Lo primero que pensó al mirar el reloj fué que Flora pudiera haberse marchado sin despedirse y llamó en alta voz á D.ª Robustiana. No, Flora aún estaba en su cuarto arreglándose. D. Félix, cuando se hubo retirado el ama de gobierno, abrió su armario, acercó á él una silla, se encaramó sobre ella, sacó algunos legajos y tomó un bote de hoja de lata que había detrás de ellos.
En efecto, hallábase aquella abovedada cámara repleta de legajos, infolios y libros, hacinados en varios estantes y cuidadosamente ordenados, según podía colegirse por los claros números y letreros que cada uno ostentaba. Detúvose un instante, y recorrió con la vista aquel vetusto arsenal de papel y pergamino.
Debía usted hacerme amigo de ellos. No se tratan con nadie en el buque. Los dos se mantienen aparte, encastillados en su importancia. Pero Ojeda sonrió, encogiendo los hombros, y dijo malignamente, para irritar a su amigo: Si yo fuese brasileño, temblaría sólo al ver los baluartes de legajos que trae ese buen señor.
Esperaban, guardadas en legajos y admirablemente copiadas en letra inglesa, que llegase el día de ver la luz, cuatro novelas, siete dramas, un poema, cinco comedias y un número considerable de poesías líricas, que según sus cálculos podrían formar tres tomos voluminosos.
La encamisada , pues, de los caballeros y soldados se puso a mediar con el Güésped el caso , y don Cleofás, sobre un Arte poética de Rengifo , que estaba también corriendo borrasca entre esotros legajos por el suelo, tomó pleito homenaje al tal poeta, puestas las manos sobre los consonantes, jurando que no escribiría más comedias de ruido, sino de capa y espada, con que quedó el Güésped satisfecho; y con esto se volvieron a sus camas, y el Poeta, calzado y vestido, con su comedia en la mano, se quedó tan aturdido sobre la suya, que apostó a roncar con los Sietes Durmientes , a peligro de no valer la moneda cuando despertase.
Estas notas, escritas ligeramente de sobremesa, en el paseo, yendo de cacería ó en el mismo coche que le lleva ó le trae del ensayo, forman más de cien grandes legajos; algunas fueron apuntadas hace veinte años.
Rafael estaba a la cabeza del banco de la comisión, algo separado de sus compañeros. Le dejaban espacio libre como los toreros al camarada que va a matar. Había apilado en su asiento legajos y volúmenes por si le ocurría citar textos en su contestación al venerable orador. Le contemplaba en silencio, admirándole. Aquel sí que era fuerte, con la dureza y la frialdad del hielo.
Existiendo el sol y las flores ¿qué hacía allí, hablando de cosas que no le importaban?... Pero se repuso pronto de aquella rápida crisis. Cesó de buscar entre los legajos amontonados en el escaño, de hojear papeles para disimular su turbación, y tremolando el primer pliego que encontró a mano, continuó su discurso.
Entonces, satisfecho, el príncipe Tong permitió que se hiciese la requisitoria imperial: centenares de escribientes palidecieron noche y día, con el pincel en la mano, dibujando consultas sobre papel de arroz; misteriosas conferencias susurraron insensatamente por todos los distritos de la Ciudad Imperial desde el Tribunal Astronómico hasta el Palacio de la Bondad Preferida; y un ejército de koolíes transportaba desde la legación de Rusia hasta los Kioscos de la Ciudad Interdicta, y de aquí al Patio de los Archivos, parihuelas que crugían bajo el peso de los legajos de viejos documentos.
Palabra del Dia
Otros Mirando