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Actualizado: 21 de junio de 2025


Aunque considero que, arreglándose el gobierno como queda dicho cesaría la deserción de los indios porque cesaban las causas que la motivaban, y aun se restituirían voluntariamente muchos a sus pueblos, con todo considero muy precisas algunas providencias de gobierno para que todos los indios dispersos fuera de esta provincia se restituyesen a sus respectivos pueblos, y que adelante no se desertasen de ellos.

Todo esto me lo dijo en su lengua pintoresca y armoniosa, suspendiendo su trabajo, arreglándose con la mano libre, blanquísima y rechoncha, los desordenados cabellos que le coronaban la frente, y sonriendo con la boca, con los ojos parlanchines y con los dos hoyuelos de sus carrillitos sonrosados.

Disponed de : yo soy vuestro... yo os amo dijo don Juan embriagado. Y en aquel momento, olvidándolo todo, asió con sus dos manos la hermosa cabeza de Dorotea y la besó en la boca. ¡Oh! ¡qué horror! exclamó la joven poniéndose en pie de un salto ; ¡qué crueldad! ¡qué daño me habéis hecho tan terrible! Y arreglándose el manto, se dirigió á la puerta y llamó. ¿A dónde vais, Dorotea? dijo don Juan.

Los alaridos de la niña subieron hasta el piso segundo. La esposa del maestrante estaba frente al espejo, arreglándose provisionalmente el pelo. Se detuvo. Un estremecimiento singular corrió por su carne, cierta emoción indefinible y vaga, semejante a un cosquilleo, que no podría decir con seguridad si era de placer o de dolor.

Pero la amante, arreglándose el pelo ante el espejo, hablaba con una frialdad fingida, temblándole la voz. «Vístete... Vámonos pronto. ¡Y pensar que una noche como ésta tengo que ir con tía al Real!... ¡Qué rabiaUn estrépito de metales golpeados arrancó a Ojeda de su ensimismamiento. Esta impresión le hizo temblar, mientras su memoria retrogradaba al presente.

¡Ya lo creo! repuso el joven que había interrogado, arreglándose con una mano la corbata y dirigiendo con la otra el lente a lady Inggerton. ¡Eh! me parece, caballero, que mira hacia este lado. Se equivoca usted contestó el extranjero. No, por cierto... estoy seguro... me refiero a este joven...

Una ovación saludó esta hazaña, quedando el banderillero firme en su sitio, arreglándose los tirantes del pantalón y los puños de la camisa. Su mujer, con la vehemencia del entusiasmo, se echó atrás, riendo al mismo tiempo que aplaudía, y otra vez la falda, a impulsos de ocultas exuberancias, volvió a dejar al descubierto los encantos inferiores.

Por fin pudo desasirse: y arreglándose el mantón, atusándose el pelo alborotado por los viriles apretones, fijó sus ojos en el novio, con una mirada en la que había reproche y agradecimiento. En seguidita me coges otra vez... ¡Y cómo se ha divertido el niño con esa tontuna de los colores! Vámonos o reñimos.

Y ya se estaba poniendo en pie para ir a verla, y arreglándose Sol los cabellos, aquellos cabellos suyos finos, de color castaño con reflejos dorados, cuando a un tiempo se oyeron dos diversos ruidos: uno en el cuarto de Ana, como de mucha gente que se moviera y hablara agitadamente, otro a la puerta de la calle, donde, con aire desembarazado, saltaba un hombre opuesto, de una mula de camino.

A pesar de las órdenes del capitán, la noticia se había filtrado á través de la severa consigna, circulando por los camarotes. Subían las familias enteras, asustadas de la calma que reinaba en el buque, arreglándose las ropas con precipitación, pugnando los más por ajustar á sus cuerpos los salvavidas, que ensayaban por primera vez. Los niños gemían, aterrados por la alarma de sus padres.

Palabra del Dia

rigoleto

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