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Actualizado: 14 de junio de 2025
Aquellos quejidos se hacían cada vez más lastimeros, y en el silencio de los montes cercanos, unos en sombra y otros iluminados por la Luna, en medio de la absoluta quietud de los arbustos que se doblaban por el peso de la nieve, los ecos lejanos respondían al lúgubre concierto con voz tan misteriosa, que el pobre pastor se hallaba poseído de un horror de que guardaría memoria durante toda su vida.
Para mejor «quitarla el miedo,» entre Concha y ella inventaron una siniestra farsa capaz de aterrar a un hombre valeroso, cuanto más a una niña de seis años. Vistiéronse ambas con sábanas, dejaron la habitación a media luz mientras la niña dormía, pusiéronse unas caretas de calavera, y a media noche entraron dando gritos lastimeros como almas del otro mundo.
El niño procuraba incorporarse exhalando ayes lastimeros, repitiendo siempre con acento de verdad profunda. «¡Yo no he sido!... ¡Yo no he sido!» Y con desgarradora expresión de pena, como si le dolieran más en el alma que sus heridas le dolían en el cuerpo los insultos que había oído contra su padre y su madre, repetía lastimeramente: Mi padre ha muerto... Yo no lo conocí... Pero mi mamá es una santa, santa... ¿Sabes tú?... ¡Santa!...
Habremos visto á una persona moribunda: y durante algunos dias permanece estampada en nuestra imaginacion con su semblante pálido y sudoriento, sus ojos desencajados, sus manos convulsivas, las contorsiones de su boca, su penoso estertor interrumpido por algunos ayes lastimeros; no somos dueños del todo de que no se nos presente repetidas veces la ingrata imágen; pero es bien seguro que si para distraernos nos proponemos un cálculo muy complicado, ó resolver un problema muy difícil, conseguiremos que la imágen desaparezca.
Cual respuesta pavorosa se oyen gritos lastimeros de mujer, gritos heridos, insoportables, horrendos, voz de espanto miserable que pide amparo á los cielos, y el escape redoblado de un bruto que viene huyendo.
Sacaron el ganado del establo y lo juntaron todo delante de casa. Ángela y Rosa, en el corredor, sollozaban fuertemente. Rafael daba vueltas en torno de los alguaciles, agitado y tembloroso, con la faz demudada y reventando por llorar. Cuando aquéllos sacaron las cuerdas que traían enrolladas y se dispusieron a amarrar las vacas, estalló en gemidos lastimeros.
Y dió unos cuantos quejidos tan lastimeros, que Clara tuvo angustia de oírlos. Después siguió: Mira, ven; entramos: yo le digo que eres mi hija y que no has comido un bocao, y que el méico te ha recetado una cosa que cuesta un duro. Tú dices que no la quies tomar, y que si saco el duro, compre pan pa estos niños que se están muriendo.
Fíjate, mujer solía decirle . Ayer estabas bastante aliviada, pero hoy te encuentro mucho peor. ¡Qué quiere usted, mamá! Debe de ser el mareo... El acento es uno de los grandes encantos de Galicia. Cuando yo llegué, los primeros amigos a quienes vi prorrumpieron en ayes lastimeros. ¡Fulaniño! me decían . Vendrás muy cansadiño. ¡Pobriño!...
Cuán pasmosa no sería la sorpresa de Morsamor, de Tiburcio y de sus compañeros, cuando, al llegar la noche del día desde cuya mañana estaban detenidos, oyeron lastimeros gritos que se alzaban por el costado izquierdo de la nave y que decían en lengua castellana: ¡Socorrednos: tened compasión de nosotros! ¡Recibidnos a bordo!
Aunque la desgracia no hubiera recaído en los dos seres que más amaba en el mundo, era tan afectuoso y tenía tal predilección por su cuñada, que el disgusto no fue mucho menor. Trémulo, acongojado, acudió al cuarto de la enferma. La desdichada Presentación exhalaba gemidos lastimeros mientras el médico reconocía las heridas minuciosamente.
Palabra del Dia
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