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Actualizado: 19 de octubre de 2025
Los pulmoncitos exteriores que presentan los anélidos, los delgados filamentos nebulosos que lanzan al viento ciertos pólipos, los móviles y sencillos cabellos que ondulan sobre la medusa son objetos no sólo delicados sino conmovedores. Ofrecen todos los matices, son finos y vagos, pero cálidos: es como un hálito perceptible, y nuestros ojos atónitos ven en ellos el color del arco iris.
Nuestros autores dramáticos, que desde tiempo inmemorial la recompensaban en el último acto, decididamente le han suprimido las migajas del desenlace clásico y remunerador. Nuestros poetas lanzan contra ella imprecaciones que no tienen de original sino la grosería. En cuanto a nuestras novelas, sabéis hasta dónde brilla por su ausencia la virtud, cuando en ellas no es maltratada.
¡Vamos! ¡vamos! gritó con voz ronca. Y seguido de los dos mozos se lanzó, á la carrera. ¿Qué hay?... ¿qué sucede? gritaron varias voces. Celso, sin dejar de correr, volvió la cabeza y dijo: Demetria se ha caído á la mina por un pozo. Entonces de aquella muchedumbre salió un grito de dolor. Hombres, mujeres y niños, todos se lanzan detrás de los tres hombres, que les llevaban ya bastante delantera.
Parecen haberse escapado de las láminas de un periódico chic; esbeltas y elegantes como las artistas de los teatros de París que lanzan la última moda; pero menos... etéreas, más sólidas, mejor nutridas, sin trampantojos ni mentiras en su construcción como hijas de un pueblo joven que tiene su suerte confiada a los flancos de la mujer... Y en las demás mesas, ¡qué de cabezas rubias!... Las grandes damas de la opereta han sacado lo mejor de su vestuario teatral.
Lo lanzan hacia adelante, y después de dar en el punto a que lo dirigen, vuelve a sus manos, describiendo en el aire una curva parecida a una parábola. Si tiene ese hecho su razón en la forma especial del bomerang, o en la manera de arrojarlo, o en ambas cosas a la vez, no se sabe a ciencia cierta. ¿Estará muy lejos el salvaje que lo ha lanzado? A cincuenta o sesenta pasos. ¿Distingues algo?
Entonces los que quedan, si es que queda alguno, se lanzan ágilmente al abordaje como gatos salvajes, el puñal entre los dientes y la pistola en la mano; viene una lucha cuerpo a cuerpo, se mata, se muere... pero siempre se recoge gloria y... esto es todo. ¡Por los dolores de Nuestra Señora, que no esté yo en su lugar! ¡oh! sí, ¡que no esté yo en su lugar, hijo mío! repitió lanzando un ardiente suspiro, pero desapareciendo velozmente en el sollado.
Esos hombres en apariencia frios, pero que en realidad abrigan un fuego concentrado y comprimido, son formidables cuando llega el momento fatal y dicen «ahora».... Entónces clavan en el objeto su mirada encendida y se lanzan á él rápidos como el rayo, certeros como una flecha.
Una vez que ha cumplido su deber, Juan vuelve la espalda al tiro; entra en el bosque, donde no se oyen gritos ni conversaciones, donde sólo el eco de los disparos rueda dulcemente por el aire. Se deja caer sobre el césped y dirige sus miradas a los pinos, cuyas finas agujas, bajo el sol del mediodía, lanzan reflejos como cuchillitos aguzados.
Yo no quería revelar este secreto sino al propio duque; pero puesto que sois su amigo... Caballeros, escuchad lo que voy a deciros: ¡Mi hija ha sido infiel a su prometido! Es una vergüenza para ella y para mí; pero no quiero ocultarla. ELSA. ¿Dónde está Enrique? ¡Voy a volverme loca! ¿Por qué todas esas antorchas? Lanzan un resplandor terrible. Enrique, ¿dónde estás?
Cuando se encontraron solas, oyeron ruido de pisadas detrás de la puerta de la cochera, después órdenes dadas en voz breve y por último ese grito casi inarticulado que lanzan los marineros cuando tiran del cabrestante.
Palabra del Dia
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