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Actualizado: 19 de octubre de 2025


En el interior reina una tranquilidad aparente; pero el suelo parece removerse, y rumores extraños turban la quieta superficie. La Prensa de Buenos Aires brilla con resplandores siniestros; la amenaza está en el fondo de los artículos que se lanzan diariamente oposiciones y Gobierno.

Abajo, los trenes y los buques de vapor lanzan sus silbidos estridentes, en los ferrocarriles que surcan los valles y planicies y sobre las ondas azules de los lagos.

Los violines de los ingleses lanzan sus últimos lamentos, entre risas de alegría infantil. El servio tiene en la mano un pequeño cuchillo sucio de crema, y con el gesto de un hombre que no puede olvidar, que no olvidará, nunca, sigue golpeando maquinalmente la mesa.... ¡Tac!... ¡tac!... LAS PLUMAS DEL CABUR

Del otro lado de la presa, el río tranquilo parece un espejo; los árboles lanzan su sombra y reflejan su imagen en las aguas, demasiado profundas para ser transparentes. Se acercan en silencio a la presa.

Debajo de ellas sus luminosos cabellos, semejantes á una sombría lámpara de noche, lanzan misteriosos rayos de esmeralda y otros colores que, relumbrando ó palideciendo, revelan un sentimiento y cierto misterio inexplicable.

Abrevio: una tarde, y por una de esas reacciones inexplicables con que los organismos envenenados lanzan en explosión sus reservas de defensa los morfinómanos las conocen bien! sentí todo el profundo goce que había, no en mi cocaína, sino en aquel cuerpo de diez y ocho años, admirablemente hecho para ser deseado.

Tal vez Ataide, que sufre y ama, ve en la corriente, pasando rápida, su vida entera, su vida ingrata, en fugitivas sombras fantásticas, y en voz de llanto doliente exclama: «¡Ay vida triste! ¡Corriente amargaSus negros ojos lucientes lanzan fulgores lúgubres, siniestras ráfagas, cual si en su seno, con furia insana, se revolviese tormenta brava.

Pasa una magnífica nave por las ondas del océano, abre un sulco, inmediatamente se avanzan nuevas olas y borran la huella; por eso gritan eternamente al rededor de un buque, se impacientan al sentirle, pero inmediatamente que pasa se lanzan á borrar sus trazas. El océano es la imágen de la inmensidad, el espejo de Dios, la brillante prueba de su existencia.

La orfandad de autoridades propias, el odio y desprecio de que son objeto por parte de los naturales, y los gravámenes y recargos que sobre ellos pesan, la vengan con una perfecta indiferencia envuelta en una permanente é indefinida sonrisa que no abandonan hasta que al dejar el Corregidor en demanda de sus hogares, lanzan sobre las cruces de nuestras torres y los colores de nuestra enseña, la tan vulgar y repetida frase de no más Santa María castila y señolía.

Como protesta de la eterna vida, en el mismo camposanto las malas hierbas crecen vigorosas, extienden sus vástagos robustos por el suelo y dan un olor acre en el crepúsculo, tras de las horas de sol; pían los pájaros con algarabía estrepitosa y los gallos lanzan al aire su cacareo valiente, como un desafío.

Palabra del Dia

aprietes

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