United States or Hong Kong ? Vote for the TOP Country of the Week !


¡Ah de casa! dijo Quevedo abriendo la puerta. Cuando acudió el tabernero, le dió un ducado. Cobrad y guardáos lo que os sobre dijo. Y salió con Dorotea. Ahora añadió cuando estuvieron en la calle idos sola. Todo el mundo me conoce; á vos podrían conoceros, y no conviene que nos vean juntos. Conque adiós; voy á dormir, que ya es hora. ¿Y hasta cuándo? Yo pareceré.

Vos, hermano, idos a ser gobierno o ínsulo, y entonaos a vuestro gusto; que mi hija ni yo, por el siglo de mi madre, que no nos hemos de mudar un paso de nuestra aldea: la mujer honrada, la pierna quebrada, y en casa; y la doncella honesta, el hacer algo es su fiesta.

¿Por quién me tenéis? dije al cocinero mayor fingiéndome gravemente ofendida, á pesar de que tenía una viva curiosidad por saber quién era aquella persona ; ¡ea! añadí: idos de mi casa, si no queréis que os haga echar á palos.

Orillas de esos lagos que reflejan siempre un Cielo fatídico y huraño cerca de aquellos bosques gigantescos, enfrente de esos negros océanos, al pie de aquellos montes formidables, de esas cavernas en los hondos antros, vense a veces fantasmas silenciosos que pasan a lo lejos sollozando, fúnebres y dolientes... ¡son aquellos amigos que por siempre nos dejaron, caros amigos para siempre idos, fuera del Tiempo y fuera del Espacio!

Sabrán que la duquesa de Gandía ha hecho un regalo á su buena amiga doña Clara Soldevilla: sólo vosotros sabréis que ese anillo dado por mi, mi anillo nupcial, representa la bendición de vuestra madre. Ahora, hijos míos... idos... estoy muy conmovida, necesito llorar á solas... llorar de alegría. Una palabra, una sola palabra, madre mía dijo don Juan. ¿Cuál?

Mas ¡ay! cuando se cae la venda de los ojos, el bello panorama tórnase en funeral... ¡los que gratos nos fueron, hoy nos causan enojos! ¡lo que fué nuestra dicha, es ahora nuestro mal! Entonces es en vano que alcemos las miradas hacia el límpido cielo do dicen que está Dios; ¡no tendrán ningún eco nuestras tristes baladas y de los sueños idos se perderán en pos...!

11 Y Noemí respondió: Volveos, hijas mías; ¿para qué habéis de ir conmigo? ¿Tengo yo más hijos en el vientre, que puedan ser vuestros maridos? 12 Volveos, hijas mías, e idos; que yo ya soy vieja para ser para varón. Y aunque dijese: Esperanza tengo; y esta noche fuese con varón, y aun diese a luz hijos;

Levantó la cabeza la Dorotea, y al ver al sargento mayor, dijo con desprecio: ¿Quién os ha llamado? Idos. No necesita que le llaméis quien os sigue ansioso todo el día, deseando encontraros sola. ¡Pero ya se ve! no sólo no habéis estado sola, sino que habéis servido de estorbo. Una vaga sospecha pasó por el pensamiento de la Dorotea. ¿Y para qué he podido yo serviros de estorbo?

Sin eso, señora, podéis mandar. ¿Qué casa tengo yo desalquilada en un lugar retirado de Madrid? Vuecencia tiene una á la malicia en la calle de la Redondilla. Pedid las llaves de esa casa y con ellas idos á acompañar, encubierto, á Pelegrín Santos, secretario del duque de Lerma, y haced lo que él os mande. Muy bien, señora.

El lacayo tiró el patio adelante y llevó á la comedianta á las altas regiones donde vivía el cocinero mayor. Allí es, señora dijo señalando una puerta á Dorotea. Bien, idos; gracias. El lacayo se fué. Dorotea se quedó sola en una galería estrecha, larga y tortuosa y delante de una puerta. Llamó á ella con impaciencia. Abrióla una mujer joven y bella. Era Luisa.