United States or China ? Vote for the TOP Country of the Week !


La religión, señor capitán, la religión me ha servido de mucho para hacer todo esto. Sin mi carácter religioso quizás no habría yo sido escuchado ni comprendido. Verdad es que yo no he propuesto todas esas reformas en nombre de Dios, ni fingiéndome inspirado por

París es un buque en peligro, y sus pasajeros olvidan las preocupaciones y rencillas de los días de calma, para buscarse fraternalmente. Sigo su conversación fingiéndome distraído. La madre es pesimista. ¡Maldita guerra! Parece que las cosas marchan mal. Le van á matar al hijo; casi está segura de ello; y sus ojos se humedecen con una desesperación prematura.

¿De qué se ríe usted? preguntéla, fingiéndome un poco resentido. ¡Ni aunque fuera el caso de llorar! me respondió cambiando de postura en la silla . ¡Vaya, que es buena! ¡Pues dígole que ni estampado en un papel! Eso, mi señor don Marcelo, es pasarse ya del jito con más de otro tanto de lo justo... y no vale. ¡Vaya, vaya, que es ocurrencia!

Con persistente disimulo, con firme y enérgica voluntad, con raras precauciones e incesante recato, sin dejarme ver de nadie y fingiéndome enferma, dejé pasar los meses. Llegó la hora y sólo Madame Duval, mi mucamba y el médico, de quienes tuve que valerme y me valí, exigiendo el mayor sigilo, supieron que fui madre.

Y la rodee un brazo a la cintura. ¡Oh! ¡qué es esto! ¡Dios mío! exclamó Amparo levantándose pálida como un cadáver. Mis celos son justos dije fingiéndome desesperado tu amor hacia un ser misterioso, te hace horrible toda demostración de amor por mi parte.

Yo, como iba cargado, vi que aunque les llevaba ventaja, me habían de alcanzar, y al volver una esquina, sentéme sobre él y envolví la capa a la pierna de presto y empecé a decir, con la pierna en la mano, fingiéndome pobre: ¡Ay! ¡Dios se lo perdone, que me ha pisado!

Os daré... la traición que haré por vos á mis amigos. ¿Es decir?... Que sabréis cuanto piensan Olivares, Zúñiga, Sástago, Mendoza, cuantos están contra vos, y de los cuales seguiré fingiéndome amigo. Aceptado dijo Lerma, tendiendo la mano crispada á su hijo ; aceptado, señor duque de Uceda. Pero se me ocurre una cosa. ¿Qué? Conocen nuestros secretos dos hombres.

Fiera sirte aborrecida, cuanto apacible falaz, ¿qué ley aquí nos encierra, que nos tiene siempre en guerra sin darnos nunca la paz? ¡Viene la ola! Sereno busco una tumba en su seno donde tranquilo dormir... En vano, que otra ola avanza fingiéndome una esperanza y obligándome a vivir.

¿Por quién me tenéis? dije al cocinero mayor fingiéndome gravemente ofendida, á pesar de que tenía una viva curiosidad por saber quién era aquella persona ; ¡ea! añadí: idos de mi casa, si no queréis que os haga echar á palos.

Yo seguí tu humor al principio, fingiéndome brahman, pero, en lo tocante a nobleza no fingí nada. ¿Quién te ha dicho que un judío no puede ser noble? ¿De dónde infieres que tengo yo menos cuarteles que ?