Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 27 de junio de 2025


Pensaba realizar al día siguiente esta gestión; para eso había alquilado un automóvil, gasto enorme dada la carencia de vehículos y de combustible, pero exigido por la importancia de sus funciones... Y ahora estaba en Villa-Sirena, á las dos de la madrugada, limpiando sus pistolas con lentitud, como si fuesen joyas frágiles.

A solas con él, la dama se entretenía fabricando en su atrevido pensamiento edificios de humo con torres de aire y cúpulas más frágiles aún, por ser de pura idea. Las facciones del heredado niño no eran las de la otra, eran las suyas.

El dueño protestó: ¿para qué este destrozo inútil?... Experimentaba una tortura insufrible al ver las botas enormes manchando de barro las alfombras, al oir el choque de culatas y mochilas contra los muebles frágiles, de los que caían objetos. ¡Pobre mansión histórica!... El oficial le miró con extrañeza, asombrado de que protestase por tan fútiles motivos.

Encerrada en su alcoba o en su tocador, que ya tenía algo de oratorio, sin necesidad de estímulos exteriores, perdida en las soledades del alma, de rodillas o sentada al pie de su lecho, sobre la piel de tigre, con los ojos casi siempre cerrados, gozaba la voluptuosidad dúctil de imaginar el mundo anegado en la esencia divina, hecho polvo ante ella. Veía a Dios con evidencia tal, que a veces sentía deseos vehementes de levantarse, correr a los balcones y predicar al mundo, mostrándole la verdad que ella palpaba; y entonces le costaba trabajo reconocer la realidad de las criaturas. «¡Qué pequeñas eran! ¡qué frágiles! ¡cuánto más tenían de apariencia que de nada! Lo único que en ellas valía no era de ellas, era de Dios, era cosa prestada. ¡Dichas! ¡dolores! palabras nada más; ¿cómo apreciarlos y distinguirlos si lo poco, lo nada que duraban no daba tiempo a ello?». Ana recordaba la vida de unos mosquitos muy pequeños que crecían todas las mañanas a la orilla del río, volaban desde la ribera sobre las aguas, y en medio de ellas morían y eran pasto de unos peces que contaban todos los días con aquel alimento. Pues así era el vivir para todas las criaturas, un rayo de sol que se cruza, para volver a la sombra de que se vino. Y estos pensamientos, que antiguamente la atormentaban, ahora le daban alegría. Porque el vivir era el estar sin Dios, el morir renacer en

Somos frágiles: verdaderamente puedes decir: «No me llamo Benina, sino Fragilidad...». Pero no te apures, pues ya sabes que no he de ir con cuentos al Sr. de Ponte para desprestigiarte, y deshojar la flor de sus ilusiones... ¡Qué risa!... No viendo en ti, como no puede verlo, una figura elegante, ni un rostro fresco y sonrosado, ni modales finos, ni educación de señora, ni nada de eso, que es por lo que se enamoran los hombres, habrá visto... ¿qué?

Ademas, sabíamos que en el lago las borrascas eran casi siempre repentinas y peligrosas para frágiles barcas. Por lo demas, era tal nuestro encanto á la vista de las maravillas naturales que nos rodeaban, que en breve nos faltó tiempo y espíritu para tener miedo.

En su masa densa y poco visible para el ojo humano flotaban los sifonóforos, guirnaldas de individuos unidos por un hilo transparente, frágiles, delicados y luminosos como cristales de Bohemia. Otros organismos igualmente sutiles tenían la forma de pequeños torpedos de vidrio.

«No me olvidaré de ti, Adoración» le dijo la señorita, que con esta frase parecía anunciar que no volvería pronto. En ambos patios había tal ruido de tambores, que era forzoso alzar la voz para hacerse oír. Cuando a los tamborazos se unía el estrépito de las latas de petróleo, parecía que se desplomaban las frágiles casas.

Así hablaba Zaratustra, paseando su luz cerca del techo; y surgían de la obscuridad los colgantes tejidos por las arañas, enormes, seculares, como si fuesen la obra de muchas generaciones, transparentando con fulgor sonrosado la llama de la vela. El viejo evitaba romper los frágiles tejidos.

Al final del primer acto se enronquecen; al segundo, han perdido la voz; antes del final, tienen que huir... Y lo mismo se encuentran talentos frágiles en todas las artes: talentos en capullo que no se abren nunca, que carecen de vigor para abrirse y se marchitan y mueren. Ojeda asintió con movimientos de cabeza.

Palabra del Dia

irrascible

Otros Mirando