Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 16 de mayo de 2025
Un despecho picante y rabioso le mordía el corazón, viendo quebrarse en añicos sus ilusiones de boda con Salvador, y viendo cómo el médico alimentaba, con crecientes demostraciones, el interés que siempre le había inspirado la niña de Luzmela. Carmen compartía sus horas densas y amargas entre las cavilaciones incoherentes en su cuarto y las calladas esperas a los pies de la cama de Julio.
Estas largas esperas le proporcionaron inesperados encuentros con las alumnas elegantes que entraban y salían. ¡Desnoyers! exclamaban unas voces femeniles detrás de él . ¿No es Desnoyers?... Y se veía obligado á cortar la duda saludando á unas señoras que lo contemplaban como si fuese un aparecido.
Y esto, mi niña, quieras ó no quieras, O bien has de faltar al instituto Que hoy elegiste y proseguir esperas. Si bien en esta cuenta no minuto Las idas á palacio y á señores Que tienen más de pena que de fruto. Cosa que á todos causa trasudores Vernos salir de luchas de mil fieras Y reiterarla en otra de otras peores.
Concluyamos entonces... ¡Ah, señor!... si os sintiese... ¿Decididamente consientes ó no en abrirme? ¡Ah, sí, señor!... pero si me engañáseis... Mejor suerte has de tener que la que esperas... Pues bien... sí... sí, señor; id por el postigo. ¡Dios mío! El duque de Osuna se acercó al postigo, latiéndole el corazón. Esperanza abrió. Cuando hubo abierto, el duque la asió una mano y tiró de ella.
Porque tú no pides; aquí nadie ha de traerte el garbanzo, como no sea yo; y yo, si ahora tengo algún dinero, pronto me quedaré sin una mota, y tendré que volver a pedirlo con vergüenza. ¿Esperas tú que aquí te caiga el maná? Cader sí manjá replicó Almudena con profunda convicción. Fíate de eso... Pero dime otra cosa, hijito: ¿habrá por aquí dinero enterrado? Haber mocha, mocha.
Además, ¡quién podía saber si lo que ella decía era cierto!... La tendencia á la superstición que acompaña á los jugadores, el ambiente del Casino, la misma suerte de Alicia, habían acabado por influir en la incredulidad del príncipe. Pretendía vengarse de estas largas esperas y de su indiferencia contemplándola con ojos despiadados. ¡Qué fea está!...
Iluso, fanático, vano ... porque sólo vanidad es eso, vanidad de Satán dijo Elías con severidad; y después añadió con más fuerza: Pero yo te sacaré de esa miseria. Estas palabras fueron pronunciadas con tan profundo acento de convicción, que el sobrino no pudo contestarlas, y se hundió más. ¿Qué intentas hacer? ¿Qué esperas? ¿Piensas que esto va á continuar así por mucho tiempo?
María Teresa se estremeció como sorprendida en falta, pero reponiéndose: ¡Hola! ¿eres tú, Diana? respondió sin moverse de su observatorio. Entras como rayo de sol, sin hacer ruido... ¿Y qué ves venir? ¡Nada! Espías simplemente la llegada del que esperas. María Teresa, un poco abochornada, se ruborizó.
Ha logrado conmoverme y quiero conocer el fin de su aventura... Como usted guste. Y el vigilante encendió un cigarrillo y fué á sentarse en la sombra para esperar al visitante. Ya ves, Jacobo, que tenemos los instantes contados. Voy á tener que dejarte y nada te he dicho de nuestros proyectos. Si esperas aquí que se pruebe tu inocencia, pueden pasar años.
El ansia, la zozobra, los terrores súbitos, las esperas prolongadas, los momentos supremos de angustia, los esfuerzos de ingenio para buscar recursos, los rasgos de osadía, el drama, en fin, del amor perseguido con todo su aparato de misterio y disimulo, le placía sobremanera.
Palabra del Dia
Otros Mirando