United States or Pitcairn Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !


La irritaba que nadie pudiera prever sus enfados y rabietas, odios y venganzas; prefería incomodarse y enfurecerse por motivos de los que nadie esperase tales resultados, y desorientar al más experto observador quedándose fría, tranquila, impasible, ante injurias y daños que los demás podrían creer que la iban a sacar de sus casillas.

Vamos, no te guasees, que tengo hoy muy mala sangre dijo la Amparo, escamada y presta otra vez a enfurecerse. No es broma, y la prueba de ello es que voy a pagártela en el acto. Pero mucho ojo con que vuelva por aquí Manolito Dávalos, porque no vuelves a ver el color de mis billetes.

Belarmino, con su clarividencia psicológica, adivinó repentinamente que pretendían sobornarle. En otra ocasión, soltando la reserva de coraje y violencia para los casos extraordinarios, se hubiera descarado con los frailes. Pero en aquellos momentos, sangrante aún la herida que Bellido le había abierto y en estado de faraón crónico, lejos de enfurecerse, sintió una manera de alivio y esperanza.

El río parece enfurecerse, aumenta su rapidez, brama, bate las riberas, y de pronto la inmensa mole se enrosca sobre misma y se precipita furiosa en el vacío, cayendo a la profundidad de un llano que se extiende a lo lejos, a 200 metros del cauce primitivo. Tal es la formación de Salto de Tequendama.

En la noche y hora prefijadas, de concierto ya D. César con los dos reverendos, acudieron en misterioso silencio y de puntillas a la puerta de la habitación de doña Eulalia, armado fray Domingo del libro de los exorcismos y de un hisopo; armado fray Antonio de un turíbulo donde quemaba hierbas mágicas, esparciendo el humo; y armado D. César de paciencia, después de haberse comprometido solemnemente a no perderla y a no enfurecerse, ocurriera lo que ocurriera.

Después que salió el P. Comisario han continuado los PP. Misioneros obedeciendo al que quedó en su lugar, sin desmayar un punto en su empeño; pero sin más fruto que el de enfurecerse los indios cada día más, continuando sus amenazas y desahogando su enojo en los corregidores, como ministros de los Padres, de quienes se han valido para que, persuadiéndolos á su modo, los alienten con su ejemplo; mas también á éstos han intentado matar, y á uno de ellos sólo con la aflicción de su peligro, murió á pocos días después que lo acometieron, y otros cuatro estaban al presente mal heridos, ya sin valor ni esperanza de resistir á los indios que fielmente están persuadidos á que es ficción de los PP. y no voluntad de su Rey el quitarles las tierras que han poseído por espacio de 130 años, cuyo derecho lo tienen confirmado sus soberanos por repetidas cédulas y que en esta buena fe han fabricado unos pueblos que no son como se dice aldeas, sino que exceden en sus fábricas á las más de las ciudades, etc.

¿Es envidia también el decir que ya no vive de los pinceles, sino a costa de las mujeres? ¡; lo es...! ¡Y además una calumnia! repuso el joven próximo a enfurecerse. Me sorprende, Elena, que te hagas eco de rumores tan feos saltó Clara con una viveza bastante rara en su naturaleza . Pienso que ningún daño te ha hecho Núñez para que le trates de ese modo. Elena soltó una carcajada.

Puedes arreglarlo ahora mismo... ¡Anda, hombre, pega, si con eso te desahogas!... Lo que vas á hacer es largarte al momento, ¿entiendes? Como quieras... Yo no hubiera entrado si esa tía asquerosa no me hubiera insultado. Las cuatro mujeres tornaron á enfurecerse y quisieron acometer á la tabernera; pero Velázquez la echó fuera á empellones y cerró la puerta.

¿Vienes a ponerme a prueba?... Con cien mil rábanos, hombre, que seas benigno dijo Navarro empezando a enfurecerse . ¡Y luego me dirá el médico que tenga paciencia, que no me sulfure, que no se me suba a la boca y a los ojos la hiel de mis entrañas!... Oye , menguado, por no darte otro nombre, ¿vienes a gozarte en mi desgracia, viéndome enfermo y sin fuerza para castigar un insulto, o vienes a espiarme por encargo de los masones?

Y como todo esto, en concepto del ventrudo patrón, era una deshonra para su establecimiento, al escuchar las murmuraciones de las comadres volvía á enfurecerse, amenazando con su cuchilla al tímido criado, ó increpaba al tío Tomba para que corrigiese al pillete de su nieto.