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Actualizado: 24 de junio de 2025
Considera ella, en primer lugar, que no es buena su vocación; que quiere tomar el velo por despecho y como desesperada; y, por otra parte, cree que decir á su madre que quiere ser monja es un acto de rebeldía, es oponerse á su voluntad de casarla con D. Casimiro. ¿Qué piensa V. de la situación de mi desgraciada amiga?
Quiero decir, que para con vos mi lengua es lengua de verdad: para mejor probároslo, no sólo aborrezco, sino que desprecio á vuestro padre. ¡Ah! ¡qué desgraciada soy! Sóislo en efecto; pero vuestra desgracia no os trae vergüenza: no se eligen padres. Si yo fuese una cualquiera no me hubiérais amado. Soy hombre que visto negro y liso. ¡Cómo!
Una podría resignarse, es cierto, resignarse a sufrir. Pero piensa por un momento que estando casada una se enamorara de otro. ¡Qué situación horrible! Bueno, Laura le suplicaba que en último caso la acompañara yo, los vigilara yo. Fue inútil, Zoraida le repetía que nuestra familia era muy desgraciada en el amor y que ella no tenía edad para enamorarse así.
Sí; pero he vuelto, hija mía. Tengo que hablar con usted. ELECTRA. Por Dios, ¿qué es? Electra, yo conocí a su madre de usted. ELECTRA. ¡Ah! Mi madre fue muy desgraciada. CUESTA. ¿Qué entiende usted por desgraciada? ELECTRA. Pues... que vivió entre personas malas que no le permitían ser tan buena como ella quería. CUESTA. ¡Oh!
Se me ocurrió que, para haberlos adquirido en tan breve plazo, debía de haber sido muy desgraciada. Nos encontrábamos al borde del lago, puro, límpido y transparente... imagen de su alma. Así se lo dije; me miró, sonriendo con esa sonrisa triste que hace llorar, y repuso: Sí; la calma en la superficie... Y tal vez en el fondo... agregué, mostrándole el lago.
Si le pido cien mil, me los da lo mismo. ¡Y que sea tan desgraciada!... Ante los ojos interrogantes del profesor, continuó: Pues bien; de los veinte mil no quedan ni cien. Corrió en la misma noche al Sporting para repetir sus hazañas. Nunca se había visto con tanto capital, ni á la vuelta de su viaje de concertista por la América del Sur.
Esta especie de sentido sobrenatural de que se creía dotada, era de lo más terrible é insoportable que hubiese experimentado en el curso de su desgraciada existencia.
Pues bien, la causa de esta poca prisa... darémosle este nombre, que es el que más le cuadra... ha sido cierto escrúpulo que me ha asaltado, cierto temor de que nuestro matrimonio hiciera a usted desgraciada en vez de hacerla feliz, como es mi deseo. ¡Desgraciada! exclamó Sola, recibiendo aquella idea como una ofensa. ¡Oh! no apresurarse... falta mucho que decir.
La vieja se dolió de los malos tratos que el padre la daba, y refirió al joven la historia de todos los disgustos que con su cuñado había tenido, achacándolos al carácter díscolo y egoísta de éste: habló con enternecimiento de su difunta hermana, que había sido muy desgraciada: no se dio por entendida de la escapatoria ni de la clase de interés que su sobrina podía inspirar al joven cortesano.
Las labradoras estaban asimismo atónitas, viendo aquellos dos hombres tan diferentes hincados de rodillas, que no dejaban pasar adelante a su compañera; pero, rompiendo el silencio la detenida, toda desgraciada y mohína, dijo: -Apártense nora en tal del camino, y déjenmos pasar, que vamos de priesa.
Palabra del Dia
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