Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 15 de mayo de 2025
Lo siento, lo siento mucho; pero, como tú comprenderás, no debo perder la colocación que el pobre don Crisanto me ha buscado. Con lo que gane yo en Santa Clara habrá lo necesario en esta casa para que tía Pepilla no tenga que trabajar en sus flores, ni con la chiquillería. ¡Gracias a Dios!
Entonces comprenderás á la primera impresion, de quiénes aprendieron los árabes vencedores á erigir sus monumentos.
¡Oh! ¡Si vieras qué envidia les tengo! Pero no, no me admitirán. ¿Te negarán ese favor si se lo pido yo?... He salvado del garrotillo al mayor de sus chicos. Los asisto de balde. Me llaman casi todos los días. Entonces tú les pedirás que me admitan... Hoy mismo; pero ya comprenderás que les he de responder de tu buena conducta. Cuidado... ¡Oh!, yo te juro... Lo que deseo es tranquilidad, paz...
Convendrás en que no estaba yo obligado a un duelo muy profundo. Todo mi cuidado consistía en desempeñar dignamente un papel nuevo para mí y en no escandalizar a aquella buena gente de Quimper con alguna involuntaria irreverencia. También tenía, como comprenderás, una viva curiosidad por ver de cerca y a buena luz a mi fugitiva aparición de la Catedral. La mañana estaba hermosa y serena.
Cuando volvió a Italia con su señor padre, se prendó de cierto reyezuelo de un pequeño Estado, tuvo con él frecuentes coloquios y le dio tan sanos consejos y le inspiró tan admirables leyes, que su ciudad, única en la historia, se enseñoreó de lo mejor del mundo y fundó hasta hoy el más persistente de los imperios. Ya comprenderás que hablo de Egeria, la ninfa inspiradora de Numa.
Conociéndome como me conoces, comprenderás que mi objeto es de los más puros, de los más honrados. PATROS. ¿Para decir cuatro palabritas a la señorita Electra? CUESTA. Si pudiera ser hoy, mejor. PATROS. El señor ¿vuelve luego? CUESTA. Volveré, y con disimulo me adviertes... PATROS. Sí, Sí... Pierda cuidado. CUESTA; PANTOJA, enteramente vestido de negro. Entra en escena meditabundo, abstraído.
No. ¡Ah! sí; toma mi reloj; se lo darás a Grano de Sal. Bien. Vamos... ¡Ah! me olvidaba; si el capitán no revienta allá arriba, dile de mi parte que ha mandado como un valiente. Bien. Vamos... ¿De modo que tú crees que estoy lo que se llama...? Sí, a fe de hombre, y ya comprenderás que yo no querría hacer una mala partida a un amigo. Es verdad. Pero a pesar de eso siempre... Brrr... ¡Qué frío!
Tú que has recibido cierta educación, y que, por tu dependencia y trato con algunas personas ilustradas, distas mucho de esta canalla, comprenderás lo que digo; y sírvate de prueba la guerra perpetua en que estás con el vecindario. Si dentro de este elemento caben paz y poesía, venga Dios y véalo.
Ponte, lector, en situación análoga; haz memoria de si siendo colegial te enamoraste de una primita o de una amiga de tu hermana; recuerda luego si pasados los años de la juventud, y ya hecho hombre, tornaste a pisar los lugares donde, al conocerla, sentiste o creíste sentir amor; deja que en tu alma, tal vez vieja y gastada, reverdezca aquella primavera de tu mocedad; adórnala de reminiscencias dulcísimas, y entonces ¡sólo entonces! comprenderás cómo la fantasía de don Quintín se deleitó en recordar la que a él se le antojaba pasión avasalladora.
¡Qué ideas tan extrañas! Sigue, sigue por donde te arrastra tu naturaleza de sietemesino y no te metas en honduras. Ya comprenderás que te he hablado en broma. Así y todo me has confirmado en lo que ya pensaba. Pues si tienes formada esa idea tan pobre de mi cariño, no sé por qué razón me quieres expresó el joven volviendo a amoscarse.
Palabra del Dia
Otros Mirando