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Actualizado: 26 de julio de 2025


Pero no me negarás, Sancho, una cosa: cuando llegaste junto a ella, ¿no sentiste un olor sabeo, una fragancia aromática, y un no qué de bueno, que yo no acierto a dalle nombre? Digo, ¿un tuho o tufo como si estuvieras en la tienda de algún curioso guantero?

»Y ha huido la muerte, no por acceder a tus ruegos, sino por no haber sonado aún la hora, y a medida que iba alejándose te has sentido renacer, lo mismo que al acercarse te sentiste morir. »Mas no es suficiente que tu hija haya recobrado la vida; hay que criarla y educarla para la sociedad. »Posee una hermosura, ideal; pero hay que realzar con la gracia su belleza.

Ibase a mis pajas y trastornábalas y a con ellas, pensando que se iba para y se envolvía en mis pajas o en mi sayo. Porque le decían que de noche acaescía a estos animales, buscando calor, irse a las cunas donde están criaturas, y aun mordellas y hacerles peligrar. Yo las más de las veces hacía del dormido, y en la mañana decíame él: "Esta noche, mozo, ¿no sentiste nada?

Antes de amarte a no amó a ninguno.... ¡Gabriela ama a otro, y acaso no le olvide jamás!... Supongamos que mañana eres esposo de esa elegante señorita.... ¿Quién responde, quién, de que Gabriela, es decir, tu «esposa», no piense algunas veces en Ernesto? El otro día le viste escribir una letra... ¡y sentiste celos, celos horribles! ¿Me pides consejo?

Ponte, lector, en situación análoga; haz memoria de si siendo colegial te enamoraste de una primita o de una amiga de tu hermana; recuerda luego si pasados los años de la juventud, y ya hecho hombre, tornaste a pisar los lugares donde, al conocerla, sentiste o creíste sentir amor; deja que en tu alma, tal vez vieja y gastada, reverdezca aquella primavera de tu mocedad; adórnala de reminiscencias dulcísimas, y entonces ¡sólo entonces! comprenderás cómo la fantasía de don Quintín se deleitó en recordar la que a él se le antojaba pasión avasalladora.

Y de pronto un aullido corto, metálico, de atroz sufrimiento, tembló bajo el corredor. ¡Federico! la voz traspasada de emoción de mamá ¿sentiste? respondí, deslizándome de la cama. Pero ella oyó el ruido. ¡Por Dios, es un perro rabioso! ¡Federico, no salgas, por Dios! ¡Juana! ¡Dile a tu marido que no salga! clamó desesperada, dirigiéndose a mi mujer.

Por mi parte le interrumpió Ricardo no he contraído con nadie la obligación de divertirles y si mi carácter es así la culpa no es mía. ¡Tuya, y nada más que tuya! Por lo mismo que como Lorenzo has tenido en tu casa cuanto has querido, el día en que alguien te negó algo te sentiste desgraciado. eres víctima de tu propia felicidad, Ricardo. ¡Vuélvete a ella!

¡Ay Isidora! ¿Qué significó ese susurro de carcajadas que sentiste dentro de ti?... ¿Era que empezaba a comprender la posibilidad de consolarse sin renunciar a sus ideas? ¡Oh, no! Antes morir que abandonar sus sagrados derechos. «¡Las leyes! pensó . ¿Para qué son las leyes?». Esta idea le infundió algún contento.

no eres jugador: lo dijo ella . Nunca te sentiste atraído por esa voluptuosidad. Por eso ignoras la fuerza misteriosa del juego y das consejos sobre lo que no entiendes. Si yo dejase de jugar, sentiría inmediatamente mi miseria; entonces sería pobre de verdad. Mientras juegas, siempre tienes dinero á mano; ganas, pierdes, pero nunca te falta lo que necesitas para la vida.

Yo las más veces hacía del dormido, y en las mañas decíame él: "Esta noche, mozo, ¿no sentiste nada? Pues tras la culebra anduve, y aun pienso se ha de ir para ti a la cama, que son muy frías y buscan calor." "Plega a Dios que no me muerda -decía yo-, que harto miedo le tengo."

Palabra del Dia

buque

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