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Ni deja tampoco de sorprenderle, y mucho, al que supo conservar toda su calma durante una contienda electoral, ver la sed de sangre que se desarrolla en la hora del triunfo, y tener la conciencia de que él es una de las víctimas en que los vencedores tienen fijas las miradas.

Pero el genovés temerario, resuelto de morir antes que rendir las armas, menospreció los ruegos y cortesía de Montaner, con que provocó la ira á los vencedores, que cerrando con él, le hicieron pedazos, con que los catalanes quedaron señores del campo, y de la victoria.

Mi señor, continuó el enviado sin hacer caso de las palabras de uno ni del ademán amenazador de los otros, está pronto á justar desde luego, á pesar de que su caballo de batalla acaba de recorrer largo trecho sin descanso, pues temíamos llegar tarde al torneo. Tarde habéis llegado, en efecto, repuso el príncipe, pues sólo falta adjudicar el premio á los vencedores.

Unos 450 prisioneros y todas las armas de los realistas quedaron en poder de los vencedores. A esta victoria siguió la de los Horcones, nombre del territorio en que Ribas volvió á derrotar á los españoles y está situado entre el Tocuyo y la ciudad de Barquisimeto.

Allí hubo otra batalla como la de Covadonga y en aquel mismo siglo, aunque no fue tan celebrada porque fueron vencedores los moros cordobeses.

El descontento de la nación vencida tuvo sus intercadencias según y como que la política de la Corte los halagaba o los oprimía; pero siempre es cierto que mal avenidos con la religión que habían abrazado a la fuerza, sentidos con las fardas y gabelas con que eran pechados, ofendidos de las ordenanzas que les pregonaban, y rabiosos con la altivez de los vencedores, no esperaban sino ocasión adecuada para revolverse, tentando para ello los vecinos reinos de Africa, y el nuevo y formidable poder que desde Constantinopla amenazaba a toda la cristiandad.

Regalos cuantiosos llovían sobre ella. Los vencedores mostraban la misma generosidad de los bandidos después del reparto de un botín fácilmente conquistado. Olga se tomaba á veces el trabajo de desfigurar las joyas robadas.

Además, ¿qué obstáculos representaban para los alemanes el derecho y otras ficciones inventadas por los pueblos débiles para sostenerse en su miseria?... Tenían la fuerza, y la fuerza crea leyes nuevas. Si resultaban vencedores, la Historia no les pediría cuentas por lo que hubiesen hecho.

Cierto que se han dado algunas epopeyas espontáneas, en épocas, no de primera juventud para un pueblo o raza, sino hallándose ésta, por siglos destrozada y caída: pero tales epopeyas, sea cual sea el encanto que haya sabido darles un singular poeta, en lo esencial, más que nacidas, parecen desenterradas y resucitadas con ocasión de grandes esperanzas que se despiertan en el pueblo vencido, no bien sus vencedores y opresores son a su vez vencidos y oprimidos por otros.

Y el general, que se las echaba de ingenioso, contestó, levantando los hombros: Déjelos. No es necesario que hagan más. La artillería sólo sirve para asustar pendejos. Después de estas batallas, cuando quedábamos vencedores por haber podido hacer fuego media hora más que los otros, venían los comentarios y las explicaciones del triunfo. Aquí entraba yo como estratega.