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Sieruo de V. M.^d Ant. Perez. Esta carta no es original, sino copia sacada por amanuense italiano, al parecer. Jacome Marenco, caballero genovés, agente de negocios, amigo y corresponsal de Antonio Pérez, á cuyas gestiones debió, en parte, ser nombrado luego cónsul de Francia en Génova.

Ese genovés pretende que no hay en el mundo arqueros ni soldados como los suyos y tenemos que probarle lo contrario. Se lo probaremos, asintió el animoso capitán. Pero entre tanto, bueno será que los arqueros y ballesteros escogidos de antemano suban á las cofas disimulando su presencia y su número lo más posible.

Explicaos, exclamó el señor de Morel, esperando atentamente la respuesta del funcionario. Lo que pasa, señor, es que el sanguinario pirata Cabeza Negra, uno de los más crueles bandidos normandos, acompañado del genovés Tito Carleti, ha aparecido últimamente por nuestras costas, saqueando, incendiando y matando.

Stirling dice, sin embargo, en mi opinión injustamente, que «a Justino de Nassau le falta su aspecto propio de gentil hombre genovés, y que el artista parece haberse empeñado en hacer resaltar, con cierta malicia, el contraste entre los dos campos: a un lado castellanos, de la mejor facha, al otro zafios holandeses de calzones descomunales que miran con aire de sorpresa estúpida».

Sintió el agravio el Genovés, y quiso luego vengarse, pero no pudo hacerse dueño del Castillo, porque no tenia fuerzas para sustentarse solo de por , ni bastante gente de confianza para hechar los amigos de su tio; y así con esperanza de que hallaria en los Catalanes lo que deseaba, vino á Galípoli. No halló á los generales, y dió razon á Montaner de la ocasion que le trahía.

El mismo don Fernando afirma que su padre, así como fue ascendiendo en fama, tuvo empeño en «que fuese menos conocido y cierto su origen y su patria»... Reconoce que el Almirante era genovés, porque así lo afirmaba él; pero se nota en sus palabras cierto misterio.

Los nuestros han limpiado la popa de enemigos y adelantan, con el barón á la cabeza. ¡Bravo Simón, buen golpe! Reno se bate como un tigre. El genovés, aunque bandido, es un valiente, no hay que dudarlo. Ha conseguido reunir á su gente en la proa.... ¡Por la Cruz de Gestas, ya cayó un arquero, y otro! ¡Maldito Carleti! Pero allá va el barón, á dar cuenta de él. ¡Mira, Roger! El barón ha caído....

Rocafort pone sitio á Nona, Berenguer á Megarix y Ticin Jaqueria Genovés con ayuda de gente Catalana toma el Castillo y lugar de Fruilla.

El almirante nos ha dejado un retrato conmovedor de aquella raza infortunada, de su belleza, su bondad, su ilimitada confianza. Y con todo, el genovés ha de satisfacer su avaricia, sus rudos hábitos. Las guerras turcas, los atroces galeones y sus forzados, las ventas de seres humanos, era la vida común de aquellos tiempos.

Mientras estaba abajo, no corría peligro de que la superchería fuese descubierta; y si llegaba el éxito para él, la patria que se había atribuido era la primera en enorgullecerse de este ciudadano hasta entonces ignorado... Yo no tengo empeño en sostener que Colón fuese genovés o no lo fuese: me es igual.