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Actualizado: 8 de junio de 2025
El cachorro se erizó de miedo y retrocedió al grupo. ¿Es el patrón muerto? preguntó ansiosamente. Los otros, sin responderle, rompieron a ladrar con furia, siempre en actitud de miedoso ataque. Sin moverse, míster Jones se desvaneció en el aire ondulante. Al oir los ladridos, los peones habían levantado la vista, sin distinguir nada.
Porque se veía obligado a estarlo contestó Hales, con un movimiento misterioso de cabeza. Existían razones para que él no asomase a la luz su rostro. Yo mismo me quedo asombrado de ver cómo se ha atrevido ahora a mostrarse. ¡Qué! grité ansiosamente, ¿acaso lo necesita la policía?
¿Había Eva perdido completamente el conocimiento? ¿Vibró en su oído aquella llamada apasionada? ¿Vio a través de sus párpados cerrados aquella cara alterada e inclinada ansiosamente sobre la suya? ¿Adivinó la angustia de aquel corazón poseído por ella y que quería en vano defenderse? Un fugitivo rubor coloreó sus mejillas y una sonrisa pareció dibujarse en sus labios.
No obstante, pronunció la revolución tres palabras áureas que a todas sacaron de quicio: «¡No más quintas!». Hasta las mismas aldeanas abrieron ansiosamente el corazón y el alma para beberse la dulce promesa. ¡Si la república fuese, como decían diariamente los periódicos favoritos del taller, la supresión del impuesto de sangre, vamos, merecía bien que una mujer se dejase hacer pedazos por ella!
Ra-Ra, arrodillado junto á ella, le tomaba las manos, hablándola ansiosamente para que abriese los ojos una vez más, y creyendo que cuando los cerraba era para siempre. ¡Oh, hermano de mis ensueños! ¡Madre de mis alegrías! ¿Me oyes?... No te mueras; yo no quiero que mueras. Aún quedan para nosotros muchos soles dichosos y muchas lunas de amor.
Hay marcadas sospechas contesté, aun cuando, según los médicos, ha muerto debido a causas puramente naturales. ¡Ah! ¡no creo! exclamó el monje, cerrando los puños fieramente. Uno de ellos ha conseguido al fin robar esa bolsita que él guardó siempre con tanto cuidado, y estoy convencido de que se ha cometido el asesinato para ocultar el robo. ¿Uno de cuáles? pregunté ansiosamente.
El sobre que encerraba en su seno las treinta y dos cartas, estaba en mi bolsillo, junto con la fotografía pegada al lienzo; por lo tanto, despejé la cuadrada y vieja mesa de roble, las saqué ansiosamente y las coloqué encima de ella, mientras Reginaldo y el anciano me miraban faltos de aliento. El primero mencionado en la rima es el rey dije. Pongamos los cuatro reyes juntos.
¿Pero cómo vino el secreto a poder de Burton Blair? preguntó ansiosamente. ¡Ah! observó el viejo, mostrando las palmas de sus manos morenas y endurecidas, esa es la cuestión. Sobre esas mismas cartas que usted tiene, sé que Poldo Pensi, el exbandido de Calabria, inscribió en inglés las instrucciones del Cardenal. En efecto, notará usted que la redacción revela que su autor ha sido un extranjero.
Y Mariquita bebía ansiosamente, con una sed rabiosa, deseando renovar la sensación de frescura en su boca ardiente como si llevase fuego en el estómago. De vez en cuando protestaba. Que me voy a emborrachá, Luis. Que creo que ya lo estoy. ¡Y qué! exclamaba el señorito. Yo también estoy borracho, y tu padre, y todos lo estamos. Para eso es la fiesta.
Explícate, Casilda, explícate dijo ansiosamente. ¿Estás tú loca o estoy yo idiota? Y misia Casilda habló, con esa incoherencia de las grandes emociones.
Palabra del Dia
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