United States or South Sudan ? Vote for the TOP Country of the Week !


Estás loca protestaba la madre : loca de remate. ¿Cómo puede decir eso una señorita?... Doña Elena, al sorprender fragmentariamente estos delirios de su sobrina, elevaba los ojos al cielo, absteniéndose en adelante de comunicarle sus opiniones, que reservaba enteras para la madre.

El príncipe protestaba de estas carreras, buenas para los prados natales, y sus recriminaciones establecían entre los dos un alejamiento hostil. «A ella no le chillaba ni su madre. Ya era mayor de edad para saber lo que debe hacerse...» Y tenía quince años.

Mientras tanto Pacha administraba una buena dosis de pellizcos y repelones á su hermanita ¡por rebelde! ¡por mentecata! y ésta protestaba también, aunque no con gritos, sino de un modo virginal con sentidos sollozos y lágrimas. Todo lo cual se celebraba en la tertulia con algazara.

Creyó que debía agradecer tanto entusiasmo mostrando algún interés por la persona del panegirista... ¿Qué había hecho él en los últimos tiempos?... Yo, señora, he estado donde debía estar. No me he movido de aquí. He presenciado el «sitio» de París. En vano su razón protestaba de la inexactitud de esta palabra.

Don Marcos protestaba de la imprevisión de los generales con una cólera de primario, uniendo sus quejas á las del vulgo.

Power ante ellos, no podría mantenerse en su altivez silenciosa y sonreiría irónicamente... Pero un egoísmo optimista protestaba en su interior contra tales escrúpulos. Podrá ser grotesca, ¿y qué?... Me divierte, y basta. El amor siempre es amor, por ridículo que parezca, y esta pobre mujer me quiere.

Se pusieron en marcha de nuevo. Rosa protestaba a cada paso de aquel cambio tan extravagante; se dolía, con frases que revelaban sincera pena, de que Andrés fuese de aquel modo indecoroso, exponiéndose a coger una enfermedad. Pero éste reía y marchaba dando brincos para convencerla de la fortaleza de sus pies, vestidos solamente de un fino calcetín. Al fin ella calló.

Después de tales expediciones, la señora se mostraba majestuosa y deslumbrante como una basílisa de Bizancio: las orejas y el cuello con gruesas perlas, el pecho constelado de brillantes, las manos irradiando agujas de luz con todos los colores del iris. Chichí protestaba: «Demasiado, mamáIban á confundirla con una prendera.

Protestaba de sus imposiciones, y le habló de usted, para dar mayor dureza a su protesta. Quiero ver todo Tijuca; quiero ir adonde vivieron Pablo y Virginia. Acuérdese de su promesa: un hombre debe tener palabra.

Chichí protestaba de la avaricia de papá al verle comprar lentamente, con tanteos y vacilaciones. Avaro, no respondía él . Es que conozco el precio de las cosas. Los objetos sólo le gustaban, cuando los había adquirido por la tercera parte de su valor. El engaño del que se desprendía de ellos representaba un testimonio de superioridad para el que los compraba.