United States or Monaco ? Vote for the TOP Country of the Week !


»Me incliné hacia ella y le dije: » Hija mía, puesto que estás ya mucho mejor y de aquí a quince días podremos irnos al campo, tu prima se ha ofrecido a aposentarnos, yendo antes que nosotros para prepararlo todo en la quinta. » ¿Qué dice usted, papá? exclamó Magdalena. ¿Que Antoñita va a Ville d'Avray? » , Magdalena contestó su prima.

Vea usted por qué mi egoísmo aumenta hoy su pena haciendo gravitar sobre ella todo el peso de la que a me devora. »Antes de salir de París, sentí que no podía alejarme sin ir a despedirme de Magdalena; así, después de traspasar la barrera, he hecho que mi carruaje diese la vuelta a los bulevares exteriores y a las dos horas estaba yo en Ville d'Avray.

Pero con su prontitud y su gracia peculiares dijo poniéndose en pie: » Mire usted, buena mujer: nosotros no llevamos dinero encima y nos hemos perdido en el camino de Glatigny a Ville d'Avray; pero, si usted nos guía y nos acompaña a casa del doctor Avrigny, que es nuestro padre, éste sabrá recompensarle tal favor, pues si hay alguien en el mundo capaz de socorrerla, es él, créalo usted.

»Asaltáronle luego pensamientos más graves y rogó a su padre que llamase al cura párroco de Ville d'Avray que le administró la primera comunión, y al cual, según dijo, vería con mucho gusto. Entonces el doctor se trasladó a su despacho para escribir al cura y yo quedó acompañando a mi amada. »¡Oh! ¡Qué tristeza causa todo esto, Dios mío! Hay momentos en que se desea la muerte más que la vida.

Aun pudo ver que se abrazaban de nuevo y cambiaban algunas palabras que ella logró adivinar más bien que oyó. ¡A Ville d'Avray, a reunirme con mi hija! decía el doctor. ¡A Alemania, llevándome a mi amada! respondía Amaury.

El señor de Avrigny no se había equivocado en sus presunciones: de Ville d'Avray a París, había aún poca distancia. «Me ruega usted, Antoñita, que la entere de todos los pormenores relativos a la convalecencia de Magdalena, y me explico su curiosidad: no le basta saber que está mejor, sino que quiere saber cómo ha recobrado la salud.

El sencillo cementerio de Ville d'Avray es un admirable campo de reposo, tranquilo, casi ameno. En lugar de suntuosos panteones e hipócritas epitafios sólo hay cruces de madera y simples inscripciones. No es imponente, pero enternecedor.

Sin embargo, el día anterior había dictado sus disposiciones con una calma inaudita, con una impasibilidad aterradora. Según sus órdenes el cuerpo de Magdalena, después de estar expuesto en una capilla ardiente a la puerta de la casa, debía ser conducido a San Felipe, en donde al mediodía se celebraría el oficio de difuntos, y de allí sería transportado a Ville d'Avray.

El edificio de la Bolsa y el del Hôtel de Ville, que están casi terminados, serán hermosos monumentos. Los paseos públicos son muy bellos, sobre todo el del Prado y el que domina el mar por el lado meridional; y hay en el centro de la ciudad hermosas plazas sombreadas, muy adecuadas á un país donde la tierra parece calcinada por el sol.

Habrían transigido con ir al cementerio del Père Lachaise por tratarse de un paseo; pero no era cosa de ir hasta Ville d'Avray, con lo cual perdían un día entero, y un día tiene en París gran valor. Por eso, conforme a las previsiones del doctor, sólo tres o cuatro amigos muy adictos, entre ellos Felipe de Auvray, ocuparon el tercer coche del duelo.