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A hombres que valían más que el Duque les he visto hacer peores cosas por amor. Yo más que nadie podía apreciar el valor de aquellas palabras, y dije: Pero hay en todo esto algo más que amor, General. El amor puede satisfacer su corazón. Pero ¿no necesita y procura algo más para saciar la ambición que le devora? Ojalá le juzgue mal Vuestra Majestad.

Hablan quedo; un hombre cuya juventud vibra en su andar firme y erguido, da sus últimas instrucciones en voz baja y va a perderse en la sombra de un portal, frente al balcón que devora con los ojos. Lo imito y observo.

Vea usted por qué mi egoísmo aumenta hoy su pena haciendo gravitar sobre ella todo el peso de la que a me devora. »Antes de salir de París, sentí que no podía alejarme sin ir a despedirme de Magdalena; así, después de traspasar la barrera, he hecho que mi carruaje diese la vuelta a los bulevares exteriores y a las dos horas estaba yo en Ville d'Avray.

Genio, inspiracion divina, Fuego devora mi mente, Y siento en el alma ardiente Una llama circular... Mas ¡qué importa! si á la tumba Pronto caerá el genio mio, Como el torrente bravío Que á morir en el mar!

De buenos y honrados padres vengo, señora, respondió él; hidalgo soy; Alcalá es mi patria; cursé en las aulas de su famosa universidad; tirome la afición a las armas, y muy más el amor a las letras; soldado soy, y a poeta aspiro por mi desgracia, porque la poesía es sueño que devora el alma y la finge lo que no existe, y en los espacios imaginarios la pierde: Miguel de Cervantes Saavedra me llamo, y vuestro esclavo soy.

Toma este libro, y lée: «El que repudie tres veces á una muger, no podrá volverla á hacer suya sino despues de pasar por los brazos de otro hombre que tambien la haya repudiado .» ¿Y prefieres al marido que tienes ahora el que por tres veces te repudió? Le prefiero sin duda puesto que solo á él amo; él tambien me prefiere á sus demas esposas, y la tristeza le devora desde que me perdió.

Está apalabrado con una heredera millonaria, y lo curioso es que este Ayax de treinta años, que devora cuatro libras de carne en beef-steake y se bebe tres botellas de jerez de una sentada, hace creer a la novia que viaja por necesitarlo su salud. El otro maulo como dice mi tío, es un francés: el barón de Maude. ¡Barón! dijo el general con socarronería . ¡!, ¡barón como Gran Turco!

JIMENA. ¿Mas por qué por el de Luna tanto empeño manifiesta? LEONOR. Esa soberbia ambición que le ciega y le devora es ¡triste! mi perdición. ¡Y quiere que al que me adora arroje del corazón! Yo al Conde no puedo amar, le detesto con el alma; él vino ¡ay Dios! a turbar de mi corazón la calma y mi dicha a emponzoñar. ¿Por qué perseguirme así? Desde anoche le aborrezco más y más.

El reloj del Cabildo muestra su enorme esfera iluminada, marcando la hora bendita de la comida; la feísima Pirámide va a quedar pronto sola, hundida hasta las rodillas, aterida de frío, porque el viento del río la consume y la humedad devora la cal y el revoque de su vestimenta; aburrida, porque los figurones en camisa, que la decoran, no la prestan compañía.

Ese rayo que nos devora, es indispensable para purgar el aire de los malos miasmas que lo infestan; sin ese rayo destructor, el ambiente nos mataria. Pues bien, la sangre que se vierte en una guerra justa, es indispensable del mismo modo, para que los hombres comprendan lo que están obligados á hacer, para que se guarde la justicia.