United States or Estonia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Estaba aburrida de sus peleas y rivalidades; no le inspiraban interés. Faltaba algo en su vida, sin que ella se diese cuenta de lo que pudiera ser. Tal vez por eso había cometido tantas ligerezas y travesuras en el buque. Pero aquella misma noche había adivinado de pronto cuál era su deseo, qué es lo que le faltaba para sentirse dichosa.

En vano Bonifacio, que se había dejado querer, no quiso dejarse robar; Emma le arrastró a la fuerza, a la fuerza del amor, y la Guardia civil, que empezaba a ser benemérita, sorprendió a los fugitivos en su primera etapa. Emma fue encerrada en un convento y el escribiente desapareció del pueblo, que era una melancólica y aburrida capital de tercer orden, sin que se supiera de él en mucho tiempo.

La digna esposa de Infanzón también estaba cansada, aburrida, despeada, pero no aturdida. Hacía más de una hora que no oía palabra de cuanto hablaba aquel charlatán, sin vergüenza, libertino. «¡Oh, si no fuera porque su marido todo lo consideraba inconveniencia y falta de educación! ¡Si no fuera porque estaban en la casa de Dios!... Estaba escandalizada, furiosa. ¡Bonito papel iban representando ella y el bobalicón de su marido! Le había hecho señas, pero inútilmente.

Las dos mujeres callaron, consternada y atónita la joven, aburrida la vieja. Como había pasado algún tiempo desde su llegada al término de la caverna, los ojos de entrambas comenzaron a distinguir confusamente la silueta del gran disco de madera, que trazaba figura semejante a las extrañas aberraciones ópticas de la retina cuando cerramos los ojos deslumbrados por una luz muy viva.

No hay para qué decir que la pluma debía de estar muy aburrida; pues suponiendo un alma en han delicado, aéreo y flexible cuerpo, la consecuencia es que esta alma no podía vivir contenta en el corral descrito.

Oyéndole, se olvidaba ella de que era sólo algo más que un criado: hablándola perdía él la noción de la distancia que les separaba. Algunos de estos diálogos tomaron giro extraño. Hoy no le quitaré a Vd. tiempo. ¡Estoy más aburrida!... Voy de tiendas, a escoger un regalo para una amiga que se casa, y no qué comprar. Tiene diez y ocho años: fue compañera mía de colegio.

A ver... Dígolo porque si quiere usted ahorrarse ese trabajo, figúrese que aburrida ha salido por esos mundos, que ha echado el anzuelo, que le han picado, que tira para arriba, y que ¡oh, sorpresa!, me ha pescado a . Aquí me tiene usted fuera del agua dando coletazos de gusto por verme tan bien pescado.

JULIA. Una coqueta no está triste nunca. Otra recomendación: no se muestre jamás aburrida, porque correría usted el riesgo de aburrir. Sonría, ármese de buen humor y siempre llevará usted las de ganar. ¡Ea! ¿Se me olvida algo...? DORA. ¡Oh! Todavía tengo que aprender muchas cosas. No sospechaba que la vida fuese tan complicada... JULIA. ¡Tranquilícese!

Estos otros jóvenes que habéis conocido son ahora ricos en dinero, que no en ideas ni en espiritualidad; tampoco lo serán mañana en dinero, pues su vida dispendiosa y absurda lo hará volar. Junto a tales hombres la vida de una mujer inteligente es aburrida, tediosa, y su porvenir negro.

Sin dejar de creer en todo lo que enseña la Doctrina cristiana, los hombres, en mi sentir, pueden haber inventado ó descubierto la pólvora, la imprenta, la brújula, el pararrayos, el telégrafo, el teléfono, la fotografía, la mecánica celeste y la terrestre, las estrellas más remotas, los microbios y el protoplasma: pero, si algún poeta entiende de buena fe que Dios se oponía á que inventásemos y descubriésemos todas esas cosas, que quizá hagan la vida menos aburrida y amarga, y que con auxilio del diablo las hemos inventado y descubierto, mejorando y sublimando nuestra condición, yo le aplaudo si compone un himno á diablo tan benéfico, á quien llama él Satanás porque se le antoja, y á quien seguiré llamando energía y luz interior que pone Dios en el alma, hecha á su imagen y semejanza.