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El tiempo quiebra, sin canto ni piedra. Marisalada se levantó y se fue. «¡! iba pensando, tocándose el pañolón por la cabeza ; me quiere; eso ya me lo sabía yo. Pero... como fray Gabriel a la tía María, esto es, como se quieren los viejos. ¿A que no sufría un aguacero en mi reja por no resfriarse?

Pues luego vino el papá y estuvo dudando si pegarle o no... Lo peor de todo, fue que al asno no se le vio más el pelo, y la familia tuvo que pagar por él una fuerte indemnización. «Si parece que fue ayer» decía Moreno, tocándose la frente, en el sitio donde estaba la cicatriz.

Los dos se despojaron de boinas y alpargatas y con los pies desnudos subieron sobre las piedras, en las cuales estaban marcados los redondeles que debían perforar. El trabajo duraría dos horas: el que antes lo terminase ó llegase más adelante sería el vencedor. Colocáronse ambos barrenadores, cada uno sobre su piedra, con las piernas juntas y los talones tocándose.

Ahora que están en moda los schemas, podremos representar los espíritus del médico y de la señorita, como dos esferas muy excéntricas, pero tocándose y compenetrándose por un lado, donde formaban sendos casquetes unidos por la base; algo idéntico a la humanidad en el schema del ser, a la lenteja que los krausistas han hecho tan famosa.

Me canso horriblemente replicó el forastero, tocándose el corazón . Algo aquí... Pero dicen que es nervioso. , , nervioso afirmó Santa Cruz como si tuviera en el dedillo toda la medicina. Nervioso, claro repitió Jacinta; y Barbarita, que a la sazón entraba, también dijo: «¿Qué ha de ser sino nervioso...?».

La otra orilla está más próxima, pero el bosque impide ver los accidentes del suelo; no hay ni un claro entre las ramas que permita ver prados, campos y rocas; los troncos de los árboles, tocándose unos con otros, las branchas entrelazadas y las lianas y los tapices de hojas y plantas parásitas, limitan completamente el paisaje.

Pero una vez que reflexiona y se forma una idea fija y clara, buena ó mala, no hay razonamiento ni objecion que le desvie de su propósito. A toda réplica responde, tocándose la frente con el índice de la mano derecha: «Compadre, tengo otra cosa aquí adentro. Será como U. dice, pero yo tengo mi idea

«Y con efecto añadió tocándose la punta de la nariz con la ídem del dedo índice ; dicen, y yo estoy en que será verdad, que para el año que viene se hará aquí una capilla... ¡Qué guapa era la señorita! ¿No es verdad?».

Caminaban lo mismo que si estuviesen ebrios, en continuo zigzag, desde el parapeto al corte del acantilado, labios con labios, los ojos tocándose, como si nada existiese más allá, é imaginándose buenamente que marchaban en línea recta. Desde lejos les hubiesen creído dos adversarios que luchaban, tambaleándose con los empujones de la pelea.

Convengo en que un juez severo acaso podría decir que los discursos mencionados están casi todos como en una esfera muy excéntrica de la esfera poética o literaria de los juegos, tocándose sólo y compenetrándose una esfera y otra en muy pequeña parte o casquete, y formando así, como en el famoso y ya casi olvidado esquema del ser, inventado por los krausistas, la figura de una lenteja.