United States or Mali ? Vote for the TOP Country of the Week !


Un día en que Stein estaba leyendo en su cuarto, cuya ventanilla daba al patio grande, donde a la sazón se hallaban los niños jugando con Marisalada, oyó que esta se puso a imitar el canto de diversos pájaros con tan rara perfección, que aquel suspendió su lectura para admirar una habilidad tan extraordinaria.

¿Qué se me da a que me quieran? respondió Marisalada , ¿qué hago yo aquí si no está don Federico? ¡Vamos allá! ¿Conque no vienes aquí sino por ver a don Federico, ingratilla? Y si no, ¿a qué había de venir? contestó María ; ¿a hallarme con Romo, que tiene los ojos, la cara y el alma todo atravesado? ¿Conque esto es que quieres mucho a don Federico? tornó a preguntar la buena anciana.

Tampoco don Modesto se fía de él; así para que don Federico y Marisalada lleguen a saber lo malo que está el tío Pedro, no queda medio seguro sino el que mismo vayas a Madrid a decírselo, porque al fin no podemos estar así, cruzados de brazos, viendo morir a un padre que clama por su hija, sin hacer por traérsela.

Dispénseme usted, tía María respondió don Modesto , pero Ramón Pérez está por medio; es amigo y no quiero hacerle mal tercio; me afeita por mi buena cara, e ir así contra sus intereses, sería una mala partida. Tiene mucha pena en ver que Marisalada no le quiere y se ha puesto amarillo y delgado que es un dolor.

No nos eche usted en olvido, don Federico dijo sollozando la buena anciana . ¡Vuelva usted! Si no vuelvo respondió este , será porque habré muerto. El duque había dispuesto que Marisalada montase apresuradamente en la mula que se le había destinado, a fin de sustraerla a tan penosa despedida.

Se quisiera usted volver todo orejas dijo la tía María, que había entrado en el cuarto sin que él lo hubiese echado de ver . ¿No le he dicho a usted que es un canario sin jaula? Ya verá usted. Y con esto se salió al patio y dijo a Marisalada que cantase una canción. Esta, con su acostumbrado desabrimiento, se negó a ello.

Calla, Rafael repuso su prima . Debemos hacer con nuestros amigos lo que hicieron los buenos hijos de Noé con su padre. ¿Qué dice? preguntó la marquesa. Nada, madre respondió la condesa ; habla de la pieza sin haberla leído. ¿Y Marisalada? pregunto Rafael , ¿ha subido al Capitolio en un carro de oro puro, tirado por aficionados?

Poco después, los muchachos entablaron uno de esos juegos tan comunes en España, en que se canta al mismo tiempo. Marisalada hacía el papel de madre; Pepa, el de un caballero que venía a pedirle la mano de su hija. La madre se la niega; el caballero quiere apoderarse de la novia por fuerza, y todo este diálogo se compone de copias cantadas en una tonada cuya melodía es sumamente agradable.

Un mes después de las escenas que acabamos de referir, Marisalada se hallaba con notable alivio y no demostraba el menor deseo de volverse con su padre. Stein estaba completamente restablecido. Su índole benévola, sus modestas inclinaciones, sus naturales simpatías le apegaban cada día más al pacífico círculo de gentes buenas, sencillas y generosas en que vivía.

Ramón Pérez había traído de sus viajes otra cosa, que no reveló a nadie, y cuya adquisición hizo del modo siguiente: Una noche, que rondaba la calle en que vivía Marisalada, suspirando como una ballena, llamó la atención de un joven que guardaba una esquina embozado en su capa hasta los ojos, y que, acercándose a él, le dijo esta sola palabra: ¡Largo!